Columnista: Luis García Quiroga
De rato atrás se venía comentando en varios sectores de la opinión pública de Pereira
la ausencia de posición y pronunciamientos del Comité Intergremial de Risaralda en los
asuntos críticos de Pereira y el departamento.
Los periodistas de Pereira estábamos acostumbrados a un Intergremial comprometido
con los temas sensibles de la ciudad y la región, pero de pronto y en especial luego del
sensible fallecimiento de Agudelo Velasco, este tono de comunicación y acción
efectiva, se vinieron a menos.
Incluso, uno de sus miembros, por allá cuando el sonado caso del Parque San Mateo,
(donde hubo tantos intereses de agenda oculta), tuvo el atrevimiento de ir a pedir mi
cabeza cuando fui director de comunicaciones de la Universidad Libre, a raíz de una
columna que escribí en El Diario y que titulé “El silencio de los gremios”.
Algunas personas que conocen la cercanía que tuve con el fallecido líder gremial
Fernando Agudelo Velasco, en términos generales observan con nostalgia “la falta que
nos hace Agudelo. Lo extrañamos”.
Él no contemporizaba con la ausencia de autoridad, ni con el desorden y la falta de
respeto que siempre nos debe merecer la ciudad, aun en las cosas más elementales de
la cotidianidad citadina.
Así se lo hice saber la semana pasada a la máxima autoridad del Intergremial integrado
desde hace ya muchos años por los principales gremios de la producción, entre ellos
Andi, Camacol, Fenalco, Cámara de Comercio, Asemtur, Asociación de ingenieros y
Cotelco, algunos de las cuales no son del sector productivo, propiamente dicho.
Ante la avalancha de críticas por el abandono de los parques, la oscuridad en ellos, la
inseguridad y el desaseo, la actual presidenta de la Junta Directiva del Intergremial,
Victoria Eugenia Echeverri, tomó la iniciativa de convocar al alcalde Carlos Maya para
proponerle una campaña de labores en esos frentes, con un seguimiento que garantice
el mejoramiento del mantenimiento básico de la ciudad. Ya era hora.
Tenemos por el Dr. Jaime Cortés Díaz un respeto proporcional a su brillante trayectoria
de servicios a la ciudad. He tenido con él diálogos en los que, respetando su estilo
moderado y conciliador, no he estado de acuerdo, cuando como director ejecutivo, el
Dr. Cortés Díaz debería ser la voz cantante de la indignación ciudadana (para
mencionar solo uno) en casos como el saqueo y deplorable deterioro del Parque El
Lago, tal como lo denuncié con cifras en columna del pasado 26 de abril.
Los gremios de Risaralda no pueden convertirse en un comité de aplausos o en un ente
inerte, pasivo y ajeno, justo cuando la ciudad vive una serie de coyunturas de todo
orden que tienen es vilo a los pereiranos. La defensa de los intereses de la ciudad y la
región están por encima de las amistades, por más entrañables que sean.
Aunque algunos de sus poderosos miembros no lo vean así, deben saber que los
propósitos superiores pregonados por uno de los más calificados de nuestros
empresarios, el inmarchitable Alfredo Hoyos Mazuera, son los intereses generales, los
de la ciudad que nos lo ha dado todo. Y a ellos especialmente.
No verlo de esa manera, amerita una profunda reflexión y un redireccionamiento en el
seno de esa organización gremial tan importante para la ciudad y la región.