LA SEGURIDAD Y EL INTERGREMIAL DE RISARALDA

Desde la comodidad de nuestras casas no vemos que, en buena medida, el crimen
organizado es producto de la forma como hemos pasado de agache con el problema de las
bandas de microtráfico y las “ollas” que todo el mundo sabe dónde están.

Ello explica el poder del dinero en algunas campañas políticas, de la misteriosa
desaparición en el 2022 del mayor Gámez, de quien se dice, “iba a cantar”; de falsos
positivos como el del coronel Aníbal Villamizar (marzo de 2023), quien hizo alarde de la
extinción de dominio de una olla que no lo era; del asesinato de Berni al salir del templo
de Fátima; del podio de Dosquebradas en consumo de heroína; y del Hospital Mental
donde ya no hay cama para tanto enfermo por drogadicción y sus familias pidiendo ayuda.

Inútilmente, líderes comunales y defensores de derechos humanos denunciaban estos
problemas, ya desbordados.

Superar esta crisis en la seguridad ciudadana es el más grande e inmediato desafío del
alcalde Salazar, el gobernador Patiño y sus secretarios de gobierno. Ellos no tienen la
culpa de haber recibido esta herencia maldita, pero tienen la responsabilidad de
garantizar tranquilidad y seguridad.

Si llevamos más de una década haciéndonos los de la vista gorda, hoy no nos rasguemos
las vestiduras por el recrudecimiento de la criminalidad. No olvidemos la parábola de
Bertolt Brecht: “Cuando llegaron por mí, ya era tarde”.

Por eso, comparto con los lectores, la entrevista que sobre la ola de asesinatos he tenido
con el abogado Víctor Baza Tafur, presidente de la mesa directiva del Comité Intergremial
de Risaralda.

En el Intergremial está la pesada del empresariado, entre otros, Andi, Fenalco, Camacol,
Acopi, Comfamiliar, Sociedad de Mejoras, Sociedad de Arquitectos, Asociación de
Ingenieros.

El líder gremial señala la preocupación del sector productivo por los hechos violentos de
bandas criminales en Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal.

Baza Tafur llama la atención de los organismos de seguridad y autoridades civiles para que
más allá de los consejos de seguridad, se diseñe una efectiva estrategia con resultados
para asegurar y garantizar la tranquilidad ciudadana que a la vez genere en el
empresariado la confianza necesaria para la inversión.

Compartimos con el dirigente gremial la profunda preocupación del empresariado por los
serios indicios de la presencia de estructuras criminales del Clan del Golfo y el Tren de
Aragua que, según estudios del investigador Jairo Libreros de la Universidad Externado,
Pereira es geoestratégica en el corredor hacia el Valle del Cauca y Cauca.

Para lograr ese propósito siniestro, han casado contra con la banda Cordillera, una guerra
por el control del territorio.

Casi como ninguna región, Risaralda ha sido un territorio de paz, pero nadie invierte
dinero ni genera empleo donde no se sienta seguro, agregó Baza Tafur.

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