Ellas, las que tienen su propia lucha contra el cáncer. Y ellas, las que disfrutan de la salud plena y dedican el esplendor de su belleza al modelaje en las pasarelas. Y ellas, las líderes de la Liga Contra el Cáncer, el pasado viernes, una vez más, hicieron realidad el sueño de La Noche Rosada que Pereira se merece.
La larga historia de la pereiranidad de todos los tiempos siempre ha estado habitada por nuestras mujeres. La Noche Rosada organizada por la Liga Contra el Cáncer de Risaralda en Expofuturo, fue la demostración palmaria de esa antigua premisa cívica que nos hace recordar los propósitos superiores de su fundador en abril de 1976, don Bernardo Ángel Marulanda.
Al cierre de la jornada pedagógica y de toma de conciencia en la detección temprana del cáncer de mama en mujeres y hombres, la Liga realizó el soberbio evento que se ha institucionalizado gracias al compromiso, entusiasmo y sentido de pertenencia, pero también a la enorme vocación de servicio y sobredosis de amor que existen en toda la gente de la Liga.
Y no es para menos, gracias al extraordinario liderazgo de la gerente María Teresa Romero y la presidenta de la Junta Directiva Lizbeth Ángel de Mejía, cabezas visibles del formidable equipo que ha convertido la Liga Contra el Cáncer en una organización modelo y orgullo de los pereiranos.
No es posible abstraerse a la escultural belleza de un grupo de modelos profesionales que mostraron sus encantos con espíritu cívico. Y de cara y en similar forma, el otro grupo de mujeres que desafiaron la timidez y el pavor a las pasarelas para resignificar su lucha contra el cáncer, y que, con el apoyo de la Liga, esperan vencerlo y ser felices con sus familias.
La nutrida asistencia de público -pagando- fue el escenario ideal para exhibir la moderna Unidad Móvil que a un costo superior a los tres mil millones de pesos, la Liga dotó con equipos de alta tecnología de última generación para el diagnóstico de cáncer.
La Móvil contra el cáncer está dotada de un equipo de comunicación satelital y recorrerá todos los municipios de Risaralda y Norte del Valle sirviendo a las comunidades más apartadas y vulnerables.
El fabuloso sueño rosado de toda la gente de la Liga, de sus directivos, de sus generosos donantes que hacen posible materializar estos avances, nos reconcilia con el género humano en estos días de incertidumbre y de todos contra todos.
Y lo mejor de todo, el sueño apenas está comenzando.
