Fuimos invitados a la inauguración de la planta de procesamiento de aceite de aguacate has en la Zona Franca de Caimalito en donde la empresa portuguesa Sovena (gran productor mundial de aceite de oliva), invierte seis millones de dólares en la construcción y desarrollo de un negocio que contribuye al lento proceso de reindustrialización de Risaralda.
La multinacional Sovena ya está en producción en la Zona Franca, generando empleo, exportaciones y llevando a Europa el mensaje de que aquí tenemos los brazos abiertos a la inversión extranjera, como bien lo anotó el CEO de Sovena, Jorge Melo, quien de paso en su discurso expresó el interés por “incorporarse a la sociedad risaraldense”.
Cuando se habla del aguacate has, mi favorito en la mesa, siempre saltan a la palestra de la discusión los efectos ambientales que con la siembra se han hecho visibles debido a la exigente absorción de aguas que este árbol tiene.
Hicimos esa observación a varios cultivadores que tanto del Valle del Cauca como de Risaralda abastecen de materia prima a Sovena. Los finqueros coinciden en afirmar que los más interesados en la conservación del suelo y en especial de las fuentes hídricas, son ellos mismos, en el sentido de que no pueden ni van a sacrificar el futuro de sus familias.
Nos dicen que el problema es superable con un riguroso manejo de aguas y que es a ellos a quienes más les conviene tener un cuidado extremo de los bosques, del suelo y las fuentes hídricas que son esenciales para la producción de aguacate has.
Debe destacarse que, para la fabricación del aceite, Sovena solo compra las segundas y terceras de la producción de aguacate. Ello significa que incluso las grandes superficies pueden amortiguar la pérdida cuando el aguacate ya no tiene uso para la alimentación humana.
Y llama la atención el desarrollo del producción del aceite porque tal como lo vimos en la demostración con las máquinas en funcionamiento, ni la pepa ni la cáscara de aguacate se desperdicia porque de allí salen productos derivados para alimento de animales, por ejemplo.
Por lo demás, desde el punto de vista de reindustrialización que requiere nuestra región, damos la bienvenida a los inversionistas portugueses ya presentes con las tiendas Ara.
Pudimos ver incluso la satisfacción de la Consejera de la Embajada de Portugal en Colombia, Carolina Lousinha quien se llevó la mejor impresión de la ciudad, anotando que tenemos dirigentes y un territorio aptos para atraer más industria.
Y de igual forma Lina Dionisio, directora de producción, nos dejó conocer su optimismo y satisfacción con el montaje de la planta indicando que el propósito es consolidar esta fábrica de aceite para avanzar en futuras ampliaciones puesto que el aceite de aguacate, por ser tan saludable, tiene una gran demanda en los Estados Unidos.
Entre otras cosas, tal como lo hizo en su discurso el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio, Jorge Iván Ramírez, debemos destacar la gestión realizada por Invest In Pereira, la agencia de esa entidad, especializada en la promoción y atracción de empresas y generación de empleo. Ramírez dice que, en una rueda de negocios en Cali, que lograron la vinculación de Sovena a Risaralda.
A propósito de los portugueses: ¿Sabíamos que la palabra Pereira tiene origen en ese bello país y que es el nombre de un fruto de la familia de las peras?
Es probable que más que ciertas cosas en común, ello marque un presagio afortunado de las relaciones comerciales entre Pereira y los empresarios portugueses. Es un llamado a nuestros gobernantes y dirigentes gremiales a cultivar buenas y productivas relaciones.