LOS DELIRIOS DEL EMPERADOR

Cuenta Suetonio que el emperador Calígula, nombró Cónsul, uno de los más altos cargos en la Roma antigua, a su caballo Incitatus. Dicen que lo hizo para demostrar que el equino era tan capaz como lo son los senadores, otros afirman que en la puerta del recinto donde deliberaba el cuerpo colegiado, localizó y ordenó a su guardia ejecutar a quienes se opusieran a su determinación.

         El ejercicio del poder absoluto, sin fronteras, como manera de evitar la tiranía se ha convertido en el pilar de la democracia contemporánea, obstáculo que los dictadores y modernos reyezuelos eluden ya sea comprando conciencias, o amedrentando a quienes defienden la trilogía que equilibra la balanza.

         El presidente se ha declarado jefe del fiscal, convoca a lo que juró no convocar, arremete contra las cortes que no le dan la razón y presenta decretos elaborados por el nuevo ministro, el que cambió de parecer a la velocidad de un nombramiento, para evitar ser juzgado por los más altos tribunales, menos proclives a presiones o prebendas, debilita a la fuerza pública puesta a merced de violentos con quienes se muestra en público y es indicio de que sí hubo un pacto de la Picota y también de una instancia judicial previamente aceptada por los sembradores de muerte y miseria, misma que después de los años, aparte de viajar y gozar, poco ha mostrado para sancionar los delitos más atroces.

Para rematar las condiciones de soborno o amedrentamiento no se puede pasar por alto los pagos a los congresistas ya conocidos y los por conocer.

         La encarnación del pueblo, con la que se visten los nuevos emperadores, la que se santifica asumiendo y otorgando una patente de corso, misma con la que la corona británica daba licencia para delinquir a sus piratas, se hace evidente en las nominaciones; los beneficiados son cada vez más radicales en  demostrar sumisión y adulación.

A los que se enriquecen a la carrera con las patentes para delinquir ya mencionadas, se suman aquellos que han cambiado de partido como de ropa sucia y por lo tanto, como los mercenarios pagados, se ponen al servicio del nuevo patrón, piense o proponga incluso lo que antes controvirtieron, a ellos habrá que sumar los que están dilapidando el tesoro ya sea por corrupción o incompetencia, los delincuentes refugiados en las peores dictaduras, o los judicializados con evidencias suficientes por los  faltantes en el balance de las entidades a su cargo y para completar la nómina, nombra para asumir importantes cargos a un pastor sin rebaño y a una encargada de las relaciones con el mundo, quien requiere de intérpretes y carece de  los requisitos que consagra la norma vigente.

         Afirma el abogado Juan Manuel Abuchaibe que, a pesar de que el artículo 109 de la Constitución dice “……. La violación de los topes máximos de financiación de las campañas, debidamente comprobada, será sancionada con la pérdida de investidura o del cargo……” la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes propondrá no aplicar la norma incontrovertible, puesto que no está demostrado que, a pesar de que está demostrado que la campaña superó ampliamente los topes establecidos, (recuerdan las platas de FECODE, las del sindicato de ECOPETROL, las que consiguió Benedetti y las que le entregaron al hijo del presidente), no encontraron evidencias suficientes para vincular al Presidente Petro, es decir una nueva versión de “todo a mis espaldas”, cuando precisamente para evitar ese burladero, usado exitosamente en el pasado, pudiera ser argumentado nuevamente.

Afirma el jurista litigante que la norma suprema estableció que la sanción no se juzga como un caso penal, razón indiscutible para que no se requiera probar la participación del beneficiado con los dineros no declarados y gastados, aquí nos topamos con que, como no hay guardia armada a las puertas del Congreso para disuadir a los contradictores, habrá que buscar otras razones para justificar este desatino.