Se ha vuelto costumbre -una mezquina y oportunista costumbre- afirmar que el Aeropuerto Internacional Matecaña ya no sirve. Que está viejo. Que no da más. Que Pereira se merece algo más grande, más nuevo, más caro, más lejos.
Y así, con ese tonito disfrazado de progreso, algunos sectores han venido preparando el terreno para el delirio: construir un nuevo aeropuerto mientras el actual, funcional, estratégico y operativo, lo dejan desangrar por omisión.
Desde esta tribuna hemos sido claros: Matecaña funciona. Y lo que necesita no es una lápida de mármol importado, sino mantenimiento, inversión y voluntad política. Pero mientras los discursos se elevan en las cabeceras, las realidades se hunden en las laderas. Porque sí, mientras unos sueñan con terminales que no existen, en las montañas de Cerritos se deshace una vía real, crítica, olvidada. Una vía que conecta a Pereira con su propio cielo.
Hablo de la vía de acceso a la vereda Los Planes, que no solo sirve a las familias y a los productores de la zona, sino que es el único acceso terrestre operativo al sistema VOR del Aeropuerto Matecaña, esa antena invisible que permite que los aviones aterricen con seguridad en la ciudad. ¿Lo sabían? ¿Lo saben quiénes toman decisiones? Lo dudo. Porque si lo supieran, no habríamos tenido que esperar años de visitas, diagnósticos y promesas rotas para seguir en el mismo punto: el abandono.
La vía está al borde del colapso. Literal. Ya se deslizó un tramo, ya se intervino manualmente con palas por parte de la comunidad, ya se encendieron todas las alarmas técnicas. Pero la institucionalidad sigue en “modo avión”.
Y aquí no podemos seguir hablando en abstracto. Porque hay responsabilidades con nombre propio. La señora Diana Yaneth Osorio Bernal, actual secretaria de Infraestructura de Pereira, ha sido oficiada, contactada, llamada directamente por teléfono, y no ha respondido una sola palabra sobre esta situación. Nada. Cero. Ni siquiera el gesto de decir “lo estamos revisando”. Pero eso sí: la vemos muy activa liderando cómo clavarles a los mismos habitantes de Cerritos una valorización forzada para construirles otra vía -nueva, monumental y costosa- mientras ignora olímpicamente la que ya existe y se está cayendo a pedazos.
¿A eso le llaman planeación? ¿A eso le llaman desarrollo? Es como si uno se rompiera una pierna y el ortopedista, en lugar de enyesarlo, le ofreciera un trasplante de médula ósea en Dubái. Lo real se deja morir, lo simbólico se sobredimensiona. Y de paso, se factura.
Esta semana, gracias a la gestión ante el Concejo de Pereira, logramos que la DIGER hiciera una visita técnica. El informe resultante no deja dudas: el riesgo es alto, la vía es clave, la omisión es injustificable. Pero DIGER no puede ejecutar.
La pelota vuelve al escritorio de la señora Osorio,quien hasta ahora ha demostrado que para las obras urgentes no tiene ni apuro ni palabra, pero para las valorizaciones sí tiene agenda, narrativa y hasta presupuesto.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿Esperamos otro derrumbe? ¿Otra administración? ¿Otro ciclo de indiferencia institucional?
Desde aquí lo decimos claro: no necesitamos otro aeropuerto. Necesitamos cuidar el que ya tenemos. Y eso empieza por defender cada tornillo, cada metro, cada conexión, cada vía crítica. Y esta, la de Los Planes, es una de ellas. No por capricho, sino por seguridad aérea. No por comodidad, sino por sentido común.
Y para quienes siguen repitiendo que Matecaña ya no sirve, o que lo moderno está en otra parte, les tenemos una respuesta sencilla: sirve tanto, que sin esa vía rural rota que hoy nadie atiende, no podríamos aterrizar ni sus discursos.
Porque, al fin y al cabo, no hay cielo sin suelo, ni vuelos sin caminos. Y ese camino, señora secretaria, es hoy su responsabilidad.
Juan Nicolás Gaviria es economista y magister en Administración de Empresas de la Universidad Javeriana de Bogotá. Especialista en Gestión Tributaria y Aduanera de la Universidad Libre Pereira, Empresario y emprendedor serial, presidente y fundador del primer sindicato de empresarios del país “Siempre Colombia». Agudo columnista de opinión en GQ Tu Canal.