EL PRIMER AÑO DE JUAN DIEGO PATIÑO

El primer año de un gobierno -cuando es de relevo político- es luna de miel con las comunidades e instituciones mediada por una lista de planes y buenos propósitos para ejecutar en los tres años siguientes. De grandes ejecutorias, poco, casi nada.

En esta columna hoy veremos el caso del gobernador Juan Diego Patiño quien según la firma encuestadora Cifras & Conceptos, después de Tolima y Bolívar, Risaralda tiene el tercer mejor gobernador del país.

Para Patiño Ochoa ha sido un año de estructuración, gestión y coordinación con la institucionalidad, las comunidades y el gobierno nacional. En un año, jalonando recursos y trámites, a Bogotá hizo cuatro viajes cada mes en promedio, lo que retrata el centralismo del poder y a la vez justifica la reclamada autonomía territorial.

Del apoyo del bloque parlamentario, este año quedó al descubierto que allí predominan los egos y los intereses electorales, salvo dos o tres excepciones de los seis congresistas de Risaralda. Brillan por su ausencia los senadores Gallo y Merheg.

Buena parte del año se le fue construyendo y socializando el Plan de Desarrollo “Risaralda equitativa e incluyente”. El mayor éxito de su gestión ha sido la salvación del proyecto Hospital de cuarto nivel. El ministro de Salud además de una multa de $30 mil millones, lo había declarado inviable por la falta de estudios y diseños. Patiño logró el cierre financiero, por $732 mil millones.

En infraestructura vial todo queda puesta a punto para poner manos a la obra: el aseguramiento del programa Vías del Samán (Intersección Galicia, segunda calzada Romelia-El Pollo, estudios y diseños doble calzada Cerritos-La Virginia, así como la intersección Tacurumbí. Son retos del 2025 al igual que la recuperación de las vías terciarias y la implementación de maquinaria amarilla para tal fin.

Igual, la terminación de escenarios deportivos; consolidación financiera del Hospital San Jorge; definición del modelo de negocio de la Plec que, según Patiño Ochoa, tiene un mayor componente de interés privado; y la iniciación de obras del nuevo hospital de Apía y su reciente anuncio de aportar recursos para la segunda etapa de la Av. Los Colibríes.

Según Patiño Ochoa están en operación las inversiones en programas sociales, así como las estrategias para consolidar la seguridad ciudadana en el territorio departamental ante la evidente incursión de estructuras criminales.

A grandes rasgos, de Patiño Ochoa se espera un mandato productivo y eficiente pese a que los recursos propios son inversamente proporcionales a las necesidades. Del gobierno nacional se espera poco.
Es temprano para juzgar ejecutorias. La luna de miel terminará cuando se caliente la campaña política al Congreso.