La gran mayoría de las personas se preocupa, se ocupa, de lo que le ocurre a su entorno más cercano y en los próximos días, algunos, muchos menos, piensan en lo que ocurrirá en el país y pasado mañana, y solo unos pocos, muy pocos, se preguntan sobre lo que le espera a la vida en el después.
No se requiere ser un Yuval Noah Harari para descubrir los fenómenos sociales que nos afectan y nos afectarán; en reciente reunión con los exrectores de la UTP, Gabriel Jaime Cardona, Luis Enrique Arango, nos preguntamos si ya es hora para que, la red de universidades locales se ocupe, como tarea conjunta, al estudio del nuevo mundo y la forma de encararlo.
Es necesario que el número de nacimientos sea de 2.2 hijos por mujer para que la población se mantenga en equilibrio, pero esta ecuación se está reduciendo aceleradamente: en Corea del sur es de solo de 0.7 mientras Chile, Uruguay, Costa Rica y Cuba registran 1.5 hijos por mujer, nosotros mostramos 1.7 nacimientos, reducción del 14.4%, al comparar el año 2.023 con el 2.024.
La otra variable de la ecuación es la de la longevidad, la cual está creciendo más rápido que los descensos en la natalidad, lo que hará que los recursos para atender las jubilaciones sean un meta inalcanzable.
La inteligencia artificial llegó para quedarse y, a pesar de las continuas advertencias de quienes piensan en el futuro próximo y su impacto sobre todo y sobre todos, da la impresión que mientras que ese tema es parte del pénsum académico de los infantes en el oriente próspero, en nuestro entorno ni siquiera nos preguntamos sobre como manejar una herramienta tan poderosa.
La corrupción llegó para quedarse, si bien existe desde siempre, en casos tan aberrantes como la estafa que le hicieran, Jacob y su madre, a Esaú, cuando ingenuo, cambió la primogenitura por un plato de lentejas y le cobraron la promesa engañando al viejo patriarca ya ciego, la dura realidad es que este mal ha permeado toda la sociedad contemporánea, y viene creciendo exponencialmente, como lo estamos confirmando en nuestro entorno.
Se ha dicho que la educación es la herramienta perfecta para mejorar la sociedad, la productividad, la solidaridad, la permanencia de los valores sociales positivos y la talanquera para la prevalencia de los abusos, pero no estamos revisando: ni quienes, ni cómo, ni que es lo que se está trasmitiendo a la juventud, ya que ese “educere”, de los griegos, es decir conducir, es una manera de castrar la posibilidad de los individuos para ser ellos los artífices de su desarrollo intelectual, físico y de los valores sociales, para convertir a la gente en imitaciones de robots biológicos, que ni razonan, ni deciden, solo siguen en la fila, así la brecha se sigue ampliando entre el mundo poderoso y rico y el mal educado, pobre, explotado y subyugado por los vendedores de ilusiones y cosechadores de miseria.
Pensamos llamar la atención de la red de universidades para que asuman estos temas y los analicen, los investiguen, propongan soluciones; la cooperación producirá mejores resultados.
Coletilla: La salud en Colombia ya no es un derecho, se manifiesta en las colas para conseguir medicinas o una consulta, los médicos y enfermeras no reciben sus salarios desde hace meses, los ancianos en las calles mendicantes, los infantes malnutridos, toda esa multitud necesitada, espera y se desespera sin recibir atención en un estado que gasta billones en elecciones, en propaganda, en viajes y lujos, en pagar manifestantes y delincuentes, en comprar conciencias y feriar el patrimonio público, ellos deberían ser parte del presupuesto para atender la inequidad, pero como ellos, los ignorados, no votan, no cuentan para los que se pasaron a vivir sabroso.