Se ha comentado que detrás de la suspensión del servicio de gas natural hubo otras intenciones diferentes a la posibilidad de una explosión por recalentamiento del gasoducto que pasa cerca al volcán “dormido” del Cerro Bravo en Herveo Tolima.
En sentido contrario, se me ocurrió preguntarme, ¿qué hay detrás de la suspensión del servicio de gas que estuvo anunciada por 9 días y luego por once porque al hacer un bypass eran necesarios dos días adicionales para el empalme del gasoducto temporal?.
Luego, viendo a la gente necesitada de una estufa eléctrica haciendo colas o tumultos la mañana del martes 23 de mayo y que en algunos barrios aparecieron los sanchochos comunitarios, retornaron a mí las patéticas imágenes de los pereiranos en julio de 1987 con un balde en la mano sacando agua del Lago Uribe o de los manantiales de las laderas de la ciudad.
En el desaparecido periódico La Tarde escribí una columna titulada El estómago de los pereiranos, misma que leyó Yamit Amat cuando Caracol radio vino con su famoso programa 6:00 AM 9:00 PM, a solidarizarse con los pereiranos.
En aquellos días, un derrumbe del antiguo canal dejó a los pereiranos once días sin agua obligando al entonces alcalde Gustavo Orozco Restrepo a decretar emergencia sanitaria con todas sus consecuencias en toda la ciudad.
¿Hemos pensado cómo enfrentar el riesgo y la emergencia de volver a quedar sin agua, lo que sería peor que quedar sin gas natural o sin energía eléctrica?
¿Cuánto sabemos de las consecuencias de un eventual colapso del talud El Carbonero que está inclinado sobre el canal de conducción de la bocatoma en dirección a la planta de tratamiento del acueducto?
¿Y cuál sería el impacto sobre el río Otún y el servicio de acueducto y alcantarillado de una sequía como la advertida en un Fenómeno del Niño que tanto se viene anunciando en estos tiempos de cambio climático que van más allá del riesgo y pasan a ser una amenaza para la supervivencia de la humanidad?
“Le tengo pavor a un Fenómeno del Niño”, dice el director de la Carder, Julio César Gómez, traduciendo el impacto deletéreo de una sequía en plano cambio climático.
Si nos puso en aprietos la crisis del servicio de gas natural cuya cobertura literalmente atiende al área metropolitana, ¿qué pensar de un colapso general del servicio de acueducto?
Tuve al respecto un diálogo con el gerente de Aguas & Aguas, Leandro Jaramillo, quien reconoce que además de no tener Pereira otras fuentes de agua (grave de toda gravedad) en invierno -como ocurrió la semana pasada- el río Otún es lodo y en verano es una quebradita.
Puedo hacerme más extenso en razones y motivos para estar alertas y altamente preocupados, pero solo me anima la intención de que los pereiranos reflexionemos cuanto antes sobre esta delicada amenaza, que lo es y sobre la cual nuestra clase dirigente pública y privada, debería pellizcarse.
De verdad que la ciudad necesita menos luchas intestinas por puestos, posiciones de poder, negocios, intereses mezquinos y otras arandelas en las que andan enfrascados.
Pereira requiere de una clase dirigente con menos arrogancia y más reflexión y acción sobre urgencias y soluciones tales como la continuidad del servicio de acueducto, el mejoramiento de la movilidad, la garantía de seguridad ciudadana, por ejemplo.
Menos politiquería y más políticas que aseguren el bienestar de los pereiranos o de lo contrario, más temprano que tarde, la historia les pasará cuenta de cobro. Hay retos y tareas pendientes.
Apreciadísimo Luis G. Q. Obviamente, GRACIAS por esa VOZ DE ALERTA, mil gracias y quiera Dios que ésta llegue a los candidatos a la Alcaldía de Pereira y también a los candidatos a la gobernación y que éstos entiendan la importancia y significado de esta VOZ DE ALERTA para que nombren unas comisiones de expertos y conocedores de la importancia del AGUA en el desarrollo general de la ciudad y sus habitantes, comisiones que asuman la necesidad de tener un PLAN B, para cuando se presente cualquier emergencia con el Acueducto de nuestra Pereira
Dios incida en nuestros potenciales a alcaldes y gobernadores y no hagan caso omiso de esta oportuna advertencia.
Adelante, me sumo a tus inquietudes y a tus importantísimos análisis para bienestar de los pereiranos.
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