¿Es sólo una crisis o está al borde del fracaso el esfuerzo hecho hasta ahora para hacer posible el modelo público de obras de desarrollo vial para mejorar la movilidad y la seguridad vial?
El trancón lo forman las mulas atravesadas del desorden caótico del Gobierno Nacional y los intereses políticos regionales.
Invías y Findeter en Bogotá no miran a Pereira y nosotros no nos hacemos ver de ellos. A Felipe López Hoyos le sugerí que como dijo Mahoma, “Si la montaña no viene hacia mí, yo voy a la montaña”. Y como van las cosas, o Mintransportes viene a Pereira o los pereiranos tendremos que ir a Bogotá. Sería un craso error que se paralizaran las obras de Vías del Samán.
Hay que mover ese par de mulas atravesadas en el camino del Programa Vías del Samán cuyo modelo público de planeación y ejecución tiene el desafío de devolver la confianza en lo público, garantizar que la plática del peaje de Cerritos rinda con más y mejores obras, y que la inversión y la ejecución sean ágiles, transparentes e íntegras.
En menos de una semana se pronunció con preocupación la Veeduría Ciudadana y el comité técnico asesor de ingenieros integrada por respetables profesionales que hace cuatro años -ad honorem- vienen vigilando que los recursos sean bien manejados y ayudando al entendimiento en momentos críticos del proceso.
Este grupo ciudadano es propositivo, pero se siente marginado. Hace seis meses no les participan las decisiones de fondo y observan con malestar el freno de mano que afecta al programa vial.
Seguidamente, el gremio de la construcción en Risaralda (Camacol) firmada por el gerente general Víctor Baza Tafur y presidente de la junta directiva del Comité Intergremial, envió una extensa y contundente carta al gobernador Juan Diego Patiño Ochoa diseccionando la crisis actual del programa y proponiendo soluciones prácticas.
Para entender el problema es imperativo leer el documento de Camacol.
Las preguntas son: ¿qué hay detrás de esta crisis en Vías del Samán? ¿quedarán inconclusas las obras de la intersección Galicia? ¿habrá avances en las segundas calzadas Cerritos-La Virginia y La Romelia El Pollo? ¿otra vez se quedarán en veremos los puentes peatonales a lo largo de Cerritos? ¿No importan la necesidad de esas obras y su incidencia en la inseguridad vial en vías donde los muertos y lesionados superan el medio centenar de víctimas?
¿Cómo es posible que, en la gobernanza del convenio interadministrativo, integrada apenas por tres personas: la gobernadora del Valle, el gobernador de Risaralda y el director nacional de Invías, ¿no se pongan de acuerdo?
En los círculos empresariales y gremiales se afirma que está a prueba la capacidad del gobernador Patiño Ochoa de ejercer el liderazgo que viene demostrando en otros aspectos públicos, porque del tal Bloque Parlamentario de Risaralda, no podemos esperar nada.
Si alguien ha tenido buena sintonía con los gremios ha sido el gobernador Patiño, pero en esta ocasión, la desconexión es total. Mientras tanto, las mulas siguen atravesadas en el progreso vial de Risaralda. Hay que salir del trancón.