LOS ESPARTANOS DEL DEPORTIVO PEREIRA

Lo siento por los hinchas ausentes del estadio que en vivo se perdieron el sábado 21 de febrero una de las batallas deportivas más épicas de los últimos años en Pereira y quizás, del fútbol colombiano.

Se perdieron no en vivo sino en carne viva -el sufrimiento y la fuerza no es igual que en la pantalla- porque la gracia suprema del fútbol consiste en vivir esa ansiedad misteriosamente abrazadora que se siente cuando su equipo defiende el feudo donde se disputa el resultado. Nuestra historia sabe que a eso se le llamó El fortín de Libaré.

Así lo vimos después del minuto 98 cuando el árbitro sopló el pito indicando que el Deportivo Pereira había ganado 2-0 después de resistir con enorme dignidad, impecable eficiencia defensiva y mucho coraje, el asedio feroz del gran equipo que es Fortaleza de Bogotá, además, leal contendor, por cierto muy diferente a los vecinos del nevado del Ruiz.

En una jugada precipitada, desde el minuto 18 Pereira quedó con 10 hombres al ser expulsado el buen mediocampista Jorge Bermúdez. Fueron 80 minutos resistiendo en el campo pereirano la insaciable invasión de Fortaleza F.C., que parecía Jerjes I y su poderoso ejército entrando a las Termópilas griegas con el más poderoso ejército de 250 mil soldados enfrentado a los famosos 300 guerreros espartanos.

En el Hernán, Los hinchas no se movieron de sus puestos porque querían aplaudir de pie a los glariadores espartanos que al igual que en las Termópilas, entregaron la última gota de sudor y de sangre defendiendo la divisa territorial.

Con la ventaja en el marcador, vimos a los profesores Suárez y Bodmer en la raya apostando por el catenacio, famosa táctica defensiva que le dio gloria a la Selección Italia. El cerrojo dio a Italia una copa Mundo sin ganar un solo partido.

Pero para esa apuesta hay que conocer el juego, las opciones, a sus jugadores y saber que se tiene los guerreros apropiados. Y ahí sí, como dijo Leónidas a Jerjes I: “Molon Labe” (Ven y tómalas).

Imagino el análisis de los técnicos: “Estamos con un hombre menos y aún sin un ataque contundente, pero tenemos un gran equipo para defender”. Apostaron y ganaron porque sabían lo que tenían y lo que querían ellos y nosotros: ganar.

Fue el triunfo sumatorio y espantador de dudas y fantasmas. Tres partidos atrás el equipo venía mostrando mejoras que se concretaron frente a Fortaleza F.C.

Los grandes equipos se arman de atrás hacia adelante. Si este cuerpo técnico sincroniza los nuevos refuerzos consolidando el ataque, tendremos otra vez, Grande Matecaña para luchar con tenacidad y sufrir con dignidad. Este equipo merece apoyo total.