No es noticia que Pereira esté en el segundo lugar del ranking de los mejores vivideros del país.
De hecho, deberíamos estar en el primer lugar de las mejores ciudades para vivir pese a que en años recientes registramos deterioro de indicadores según la Encuesta Pereira Cómo Vamos en la que la ausencia de parques para la recreación hace preferir centros comerciales.
En el primer lugar del ranking está Barranquilla con un 36,3% y segundo Pereira con 35,8%. Medalla de plata y queremos la de oro.
grandes ciudades están a mitad de tabla. Cúcuta y Bucaramanga con 18,7%, Cartagena con 15,9%, Cali con 10,8% y Bogotá con 9,1%.
Debemos mejorar y tenemos con qué lograrlo. Es el mayor desafío del alcalde Mauricio Salazar y su equipo de trabajo; al lado de la recuperación de la confianza pública.
La encuesta para ese ranking de condiciones para vivir en las ciudades midió entre otros factores, la salud, educación, seguridad y movilidad.
El alcalde sabe que en esos cuatro aspectos hay mucho por hacer y que los puntos críticos son la seguridad ciudadana y la movilidad vial. En servicios de salud hemos mejorado. A la educación hay que agregar cultura ciudadana y victorias tempranas.
En Pereira es grato ver gente hablando por celular mientras camina por la calle, algo impensable en otras ciudades, y aunque la sensación de inseguridad es mayor en las noches, estamos a la espera que el alcalde Salazar cumpla su promesa de dotar a Pereira de un alumbrado público moderno.
En movilidad la cosa deja mucho que desear. Lo he dicho al director Luis Fernando González y al anterior director Andrés Vanegas. En muchos aspectos los conductores hacen más que los agentes de tránsito. Existe la percepción que se dedican a los comparendos y a mejorar el gran negocio de las grúas y los patios.
Lo digo duro, pero con respeto. El pasado sábado, con el incendio en la cárcel de la 41, desde temprano los agentes de movilidad armaron un trancón de la madona desviando el tráfico de vehículos una cuadra antes de la cárcel cuando debieron hacerlo desde la glorieta de Turín hacia la avenida del Río, e incluso más atrás, por la 30 de Agosto antes de entrar al deprimido.
¿Se imaginan semejante trancón en medio de un motín de reclusos en una cárcel que no le cabe un preso más? ¿Quién dirige el tránsito? me preguntaban desde otros carros.
En el gobierno Salazar han mejorado los indicadores. No obstante, sabemos que el alcalde es consciente de lo mucho que nos falta por avanzar hacia una ciudad donde se sienta autoridad y respeto por las normas de convivencia, esenciales en la calidad de vida de la gente.
Hay que decirlo: si queremos ser primeros, los ciudadanos debemos ayudar predicando con el ejemplo.