Pereira vive el viacrucis de dos proyectos viales de importancia, lamentablemente, ambos en manos de la administración de justicia.
El viacrucis del proyecto vial Avenida Los Colibríes, que contó con jugosos anticipos y prórrogas, inició obras a pedacitos, sin gestión predial, atropellando vecinos, cambiando director de obra una y otra vez, subcontratando cada cosa, atrasando pagos, arrasando flora y fauna y otras irregularidades que todo el mundo ve, menos el senador Juan Pablo Gallo.
Es tan grave lo ocurrido, que, en audiencia del pasado jueves ante la jueza de garantías, Nathalia Palacios, sin eufemismos, el fiscal José Ignacio Arias Ciro señaló que el caso Los Colibríes configura “una empresa criminal”.
Son tan patéticos los pequeños detalles y los sucesos de alto impacto en Los Colibríes, que en columnas del año 2023 la llamé “La Avenida de Las Tortugas”. Se podría escribir una novela en la que política y administrativamente, la ficción de Los Colibríes supera a la realidad de las tortugas.
Pero hay que esperar el desenlace jurídico de este triste escándalo que, por primera vez en 161 años de historia de Pereira, un alcalde, su secretario de infraestructura, su interventor y en camino de ser llamados a juicio contratistas y otros implicados, comparecen ante un tribunal de justicia sindicados de delitos penales y contra la administración pública.
Ad portas de la intervención de los defensores, la jueza Palacios pidió a las partes “no precipitarse” porque se pueden tomar decisiones precipitadas. O sea que esto va para largo, no obstante que la Fiscal General de la Nación acaba de expedir una directiva buscando agilizar los procesos, para que haya pronta y cumplida justicia.
En vista de la acumulación de delitos, en especial el de mayor gravedad que es el peculado por apropiación, se estima inevitable que algún procesado prenda el ventilador y se acoja al principio de oportunidad para negociar una pena más favorable.
El otro viacrucis lo vive la obra del intercambiador de Galicia. El contratista prometió hacerla en once meses. Ya había intervención en la vía, incluso con la colaboración de algunos propietarios de predios, cuando por trámites ambientales pendientes se perdieron dos meses.
Luego, con la Acción Popular del colectivo Salvemos los samanes, la obra de Galicia se encuentra paralizada por la decisión del Tribunal Contencioso de decretar la medida cautelar solicitada en la denuncia. Los gremios están preocupados. Y los vecinos de Galicia están incómodos por razones de seguridad peatonal y hemos sabido que preparan un plantón en la vía.
En el viacrucis cristiano ya sabemos el final, en Los Colibríes y los Samanes, la incertidumbre es total.