Hay sorpresas, novedades e historias en el seguimiento que le estoy haciendo de tiempo atrás a la película de la elección de rector de la Universidad Tecnológica de Pereira UTP que durante 63 años eligió rector a dedo y ahora es en franco proceso electoral. Y político.
Con la presunta renuncia del ingeniero Alexander Molina a su candidatura a la rectoría de la UTP, los expertos en Derecho Administrativo saltaron a la palestra señalando que, por tratarse de una entidad pública, se debía reconformar la terna y convocar nuevas elecciones para tal fin, así como ha ocurrido tantas veces en otras entidades, especialmente en Pereira.
Con sorpresivo tutelazo en ese eventual escenario entró el profesor Carlos Alfonso Victoria el martes 1 de octubre al borde de las 4:00 pm, mismo que el juzgado 13 penal de Pereira alcanzó a notificar en la rectoría. Victoria no es pera en dulce ni es un improvisado en la UTP. Fue la tercera votación hace justo un año por estas calendas que es lo que lleva de interinidad el cargo de rector.
A la mañana siguiente el Consejo Superior Universitario CSU aprobó retirar del orden del día el punto de elección de rector que en medio del desgaste institucional, ya nadie sabe cuántas veces se ha intentado en vano.
La otra observación jurídica que nos hacíamos quienes hemos pasado por la puerta de una Facultad de Derecho, se centró en que la decisión del Juez 13 Esteban Escobar Obando al otorgar tutela ordenó medida provisional de suspensión del proceso de elección en la UTP pero en el mismo escrito se declaró incompetente para conocer del caso, lo que en sana crítica no tenía sentido.
Con lo que no contábamos es con la dinámica del Derecho que, por la vía jurisprudencial según el Bloque de Constitucionalidad, prima. Fue así que el miércoles 2 de octubre el juez Escobar expidió una inteligente, breve y sesuda aclaración citando jurisprudencia de alta alcurnia expidiendo un auto remitente de competencia para reparto a un juez de circuito, pero dejando viva la Acción de Tutela e incólume la suspensión de la elección.
La razón es que, según la Corte Constitucional en la Acción de Tutela, priorizando la celeridad y la protección efectiva de los derechos fundamentales, “las reglas de reparto no constituyen criterios de competencia”. Y es claro que el tiempo para notificación era limitado por lo que Escobar no podía negarle el derecho al profe Victoria.
Eso desde lo jurídico. Desde lo político, obviamente, la suspensión solicitada por el demandante Victoria deja evidenciar la probabilidad querer volver al juego de la puja por el poder en la UTP, núcleo esencial de este asunto concreto y arduamente disputado por el decano Alexander Molina Cabrera y el exrector Luis Fernando Gaviria Trujillo.
Tengo varias noticias. Lo primero es que el decano Molina no ha renunciado formalmente. Si no se ha retirado no ha renunciado. Lo que existe es el documento firmado por Molina y Gaviria alcanzando un acuerdo o consenso producto de una decisión de Molina que sabemos no fue unilateral como se dijo. Sabemos que Gaviria acordó incorporar a su programa de gobierno, puntos y aportes sustantivos de la propuesta de Molina.
Lo que de un lado se advierte es que Molina está pensando en el mediano y largo plazo. Y de otro, que el Gobierno Nacional entró en una fase de flexibilización tras una mejor gobernabilidad en la fase final del mandato Petro. Esto es un asunto de manejo político en el que Gaviria quiere un cierre exitoso de su mandato, lo ha luchado y para ello se ha comprometido a no buscar una nueva reelección. Tres años más y adiós.
La otra noticia es que el profe Victoria perdió el derecho a ser elegido rector a la terna porque en la sesión especial llevada a cabo el 22 de noviembre de 2023, según el Acuerdo 034 del CSU en el parágrafo del art. 22 el señor Carlos Alfonso Victoria no obtuvo ningún voto, lo que generó su eliminación del proceso.
Con esta premisa, se estima que en aras de la Autonomía Universitaria (Ley 30), es muy probable que la tutela no proceda o sea desestimada. Eso facilitaría una pronta elección de rector en un próximo CSU.
Recordemos que desde entonces -con el 5 a 4 de un lado para el otro- ha sido imposible lograr una votación con mayoría calificada de 6 de los nueve votos para ser elegido rector.
Hay otros factores y detalles que hacen vislumbrar un cierre rápido de este dilatado proceso electoral que sin duda le van a cambiar la cara a la forma de gobernar a la Universidad pública más grande, la más importante y sin duda, el más grande aporte al desarrollo del conocimiento y la educación que el Dr. Jorge Roa Martínez le legó a la ciudad y la región.