PEREIRA, LOS OLÍMPICOS Y LOS JUEGOS NACIONALES

A propósito de la hermosa y aleccionante inauguración de los Juegos Olímpicos de París, cualquier persona que haya vivido los X Juegos Deportivos Nacionales que Pereira realizó en 1974 puede dar testimonio de la enorme diferencia con los Juegos sin alma que la ciudad realizó a finales del año pasado.

El evento de hace 50 años fue hecho con el alma de los pereiranos, con la gente y para la gente. El del año pasado -salvo algunas excepciones- fue hecho como una necesidad de cumplir compromisos incluso de carácter contractual.

Que los tiempos han cambiado dirán algunos, pero no tanto como para alejar la participación ciudadana e incluso de dirigentes deportivos y líderes de movilización ciudadana con experiencia que hubieran podido prestar valiosos aportes.

Es tan cierto ello que, a pocos meses de los juegos, la Administración Municipal convocó en Expofuturo una reunión con los medios de comunicación y columnistas de la ciudad para socializar las obras, algunas de las cuales, como el Coliseo Multipropósito en Gamma, se quedaron en veremos y ya veremos si el alcalde Salazar la materializa, tal como lo prometió el pasado martes 23 de julio en el evento Visionarios Empresariales.

Así, por ejemplo, deberíamos aprender de la organización de la muy emocionante y diferente inauguración de los Juegos Olímpicos el pasado viernes en París. Otro ejemplo: El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomás Bach, hizo un cálido elogio de los miles de parisinos que integraron el voluntariado.

Qué derroche de generosidad, creatividad y audacia de los franceses para mostrarle al mundo -de una manera diferente- las bellezas de su ciudad y la calidad de su gente. A la manera de Hemingway: París era una fiesta.

En los pasados Juegos Nacionales las noticias nacionales destacadas fueron la traba que la ministra del Deporte en la inauguración, y la emberracada de la procuradora Cabello por los escenarios inconclusos.

Fui diez años presidente de la Liga de Natación y entre otras cosas, todavía no estoy claro en la necesidad de demoler totalmente las piscinas olímpicas cuando en los Juegos Bolivarianos logramos gestionar inversiones de remodelación por casi $5 mil millones.

Y en especial, no veo oficio en hacer unas enormes graderías de cemento en un deporte que solo atrae público masivo en eventos internacionales. Sugerí unas graderías portátiles y habilitar nuevos espacios para la preparación de los nadadores y áreas nuevas para las escuelas de iniciación. Los gobernantes son felices contratando cemento. Y son sordos.

En los Juegos del 74 la noticia fue el entusiasmo cívico y la cultura pereirana participativa de la gente. En el 2023 ni siquiera hubo registros deportivos en los grandes medios.

A la larga -si bien no pasamos las vergüenzas de la corrupción descarada y saqueo en los Juegos de Ibagué- es claro que quedaron tareas pendientes con varios escenarios que no fueron concluidos por diferentes motivos, entre ellos la improvisación, la falta de planeación y la negligencia del gobierno Duque para apropiar los recursos.

Era grato escuchar voces como la del periodista Samy Jalil Ríos en Cali quien varios años después una tarde en Cali me dijo que había estado en los Juegos del 74 y que su mejor recuerdo fue la felicidad y el orgullo de los pereiranos.

Un detalle no menor es que para los Juegos del 74 todos los escenarios estaban a punto. En los del 2023 nos quedó grande la oportunidad para rehabilitar la pista atlética del que fuera el estadio olímpico y luego nos conformamos con llamarlo “el monumental”. Monumental es el abandono de la pista atlética y del velódromo que lleva el nombre de un ingeniero civil que fue paradigma del civismo pereirano: Alfonso Hurtado Sarria.

Ahora vienen los Juegos Nacionales de la Juventud que con mucho entusiasmo viene organizando Juliana Enciso.

No sé si aún habrá tiempo para que la organización de ese evento promueva la vocación de participación ciudadana o al menos de la juventud del área metropolitana que podría movilizarse desde los colegios y universidades.

Sería maravilloso que Juliana redoblara esfuerzos para socializar entre la nueva generación un relevo tanto en lo deportivo como en lo dirigencial de nuestro deporte risaraldense que siempre ha tenido deportistas excepcionales que nos han llegado de orgullo.

Sería una gran oportunidad para que, al estilo francés, se evite que esas cuantiosas inversiones en este tipo de eventos deportivos de carácter nacional, pasen con más pena que gloria. Es clave dejar huella perdurable, como en los buenos tiempos del 74