EL CIBI, UNA OBRA QUE MERECEMOS

Fue muy satisfactorio y prometedor hacer el recorrido por el 50% de la primera etapa del Centro de Ciencias en Biodiversidad -CIBI- el pasado 4 de junio por amable invitación del gobernador de Risaralda, Juan Diego Patiño Ochoa.

Satisfactorio, porque enaltecen, tanto la iniciativa del entonces gobernador Sigifredo Salazar como al anterior mandatario Víctor Manuel Tamayo y al propio Patiño Ochoa. Dejaron a un lado el recurrente egoísmo de meterle palos a la rueda frenando, entorpeciendo y en el peor de los casos condenando las obras públicas a esa forma de corrupción y detrimento patrimonial que llaman “elefantes blancos”.

Satisfactorio porque nos recuerda que proyectos de ciudad y región como el Megabús y Ciudad Victoria son el producto del esfuerzo continuo de varios alcaldes (Juan Manuel Arango, Luis Alberto Duque, Martha Elena Bedoya).

Satisfactorio porque a la continuidad en esa infraestructura para la ciencia, se agrega la voluntad institucional de la Universidad Tecnológica para administrar, ejecutar y planear ad honorem los recursos de regalías del petróleo y aportes económicos ordenados por Patiño Ochoa para avanzar en la construcción en el lote de casi 1.500 metros donde fracasó la plaza de mercados de Dosquebradas.

Satisfactorio, porque como lo indicó el rector Francisco Uribe, la UTP activó el área científico-académica de la biodiversidad. Otras universidades como Unisarc piden pista en el proyecto.

Lorenza Martínez, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Dosquebradas recuerda que fue el empresariado quien inició estudios y luego la gobernación los escaló. Sienten que deben participar en el CIBI.

Ojalá el gobernador Patiño los tenga en cuenta, pues el robusto empresariado dosquebradense le daría músculo a esta promisoria obra.

La primera etapa del CIBI ejecuta recursos por $50 mil millones y la segunda requiere $90 mil millones que vienen siendo gestionados ante el Ministerio de Ciencia y Tecnología por el gobernador Patiño quien, además, pide a la Alcaldía de Dosquebradas su participación con un predio adyacente para construir un parqueadero.

Son claves la apropiación social y la participación ciudadana en la biodiversidad del territorio (Risaralda es el segundo territorio más diferente del planeta), y el anclaje científico regional.

Igual, el CIBI es promisorio para el impulso turístico y programas de conservación del Parque Nacional de los Nevados. Será centro de pilotaje para la biodiversidad del Eje Cafetero y apoyo a Carder para las áreas protegidas que son el 40 % del mapa de Risaralda.

El CIBI dará una dinámica diferente a Dosquebradas y a la concepción de la biodiversidad como uno de los más grandes activos patrimoniales del territorio.