LOS AEROPUERTOS DE CARTAGO Y PEREIRA

Conozco por casi todas las costuras de la historia del Aeropuerto Santa Ana de Cartago, que existe desde mucho antes del Aeropuerto Internacional Matecaña de Pereira.

En efecto, después de que el Concejo Municipal de Pereira expide el 18 de agosto de 1944 el Acuerdo 034 dándole vida jurídica al Aeropuerto Matecaña como propiedad de la Municipalidad, la historia da cuenta del famoso y emblemático Convite Cívico de 1945 convocado y liderado por Benjamín Ángel Maya.

En ese orden de ideas, cuando el capitán de la Fuerza Aérea Colombiana FAC, Luis Carlos Londoño Iragorri (quien a mediados de los años 70 fue con sus hijos fue propietario del desaparecido periódico liberal El Pueblo), vino a Pereira al reconocimiento oficial de la pista Matecaña para darle el primer visto bueno, le dijo al Dr. Carlos de la Cuesta: ”Quítenme esa piedra grande del centro de la pista y yo aterrizo mañana”

El monomotor del capitán Londoño estaba en Cartago y al día siguiente voló desde el Santa Ana al Matecaña para aterrizar en los escasos primeros 600 metros de la pista de Pereira.

Con esta nota a vuelo de pájaro quiero significar las cercanías que, en materia de aeronavegación, con Cartago, van más allá de la proximidad territorial que con la expansión de Cerritos, por tierra solo tiene la distancia entre Puente Bolívar sobre el Río La Vieja y los 5 kilómetros hasta el Aeropuerto Santa Ana. Creo que hay más distancia entre Aeromatecaña y el barrio Los Álamos.

Por aire, hay menos de 20 kilómetros entre ambos aeropuertos por lo que siempre se ha dicho que técnicamente solo pueden operar uno a la vez, a tal extremo que cuando en Pereira tenemos algún contratiempo, los pilotos anuncian que deben sobrevolar Cartago mientras se dan las condiciones para aterrizar en Matecaña.

Todo esto me hace recordar a doña Ethel Ángel de Sanín quien en vida fue la matrona del aeropuerto Santa Ana. Viví en Cartago del año 69 al 78 cuando regresé a mi Pereira incorporado al equipo de Caracol Radio dirigido por Luis Alberto Ruiz y el inolvidable gerente de la entonces Voz del Café, Augusto Salazar Urrea.

Durante esos años diez años vi y viví la obsesión y los esfuerzos de los cartagüeños por poner en funcionamiento su aeropuerto. Todo fue en vano porque las operaciones aéreas de pasajeros en aviones pequeños fueron breves. La historia muestra a Matecaña con vuelo de águila y a Santa Ana con vuelo de perdiz.

Por ello me llama la atención que Santa Ana vuelva a saltar a la palestra como posible alternativa futura de aeronavegación regional, incluso luego del proceso del visible mejoramiento de Matecaña en la pista, zonas de seguridad, logística, torre de control, modernas radio ayudas y la confortable terminal de pasajeros.

Al respecto, el exgerente Francisco Valencia López hizo un encomiable ejercicio respaldado por el alcalde Carlos Maya con la firme intención de comprar parte o todo el Santa Ana.

Al final Cartago pidió el oro y el moro y volvió a congelarse la iniciativa que en 2006 adelantó el entonces alcalde Juan Manuel Arango Vélez de cuya gestión en Cartago fui testigo de excepción porque lo acompañé a la sesión en la que el Concejo Municipal de Cartago aprobó el Acuerdo por medio del cual “se autoriza la venta del 62% del aeropuerto de Santa Ana al Municipio de Pereira”. Creo que está vigente.

Arango Vélez recibió un vendaval de críticas, el proceso de negociación se politizó en medio de la campaña electoral del año 2007 y se perdió la oportunidad de la oferta del entonces ministro de infraestructura Andrés Uriel Gallego de hacer la carretera entre la Hacienda Sotará en Cerritos y el aeropuerto Santa Ana.

Dieciocho años después y cuando AeroMatecaña moviliza al año tres millones de pasajeros y se teme que nos quedemos cortos, se vuelve a plantear la opción de Santa Ana al igual que la posibilidad de un aeropuerto regional en el Valle de Risaralda.

Aunque de paso, les comento que el ingeniero Hernán Roberto Meneses me dice que tuvo acceso a un estudio de prospectiva de ciudades contratado por Planeación Nacional del cual quedó un borrador que plantea el aeropuerto Palmaseca de Cali-Palmira como un hob regional conectado en un futuro con Pereira y el Eje Cafetero por un tren de alta velocidad (185 kms por hora), de tal manera que Matecaña opere vuelos nacionales y continentales y los viajes a Europa y Asia sean por el hob de Palmaseca.

Puedo hacerme más largo contando historias sobre este tema, pero a lo que quiero ir es a la gran importancia que nos despejemos mentalmente de los parroquialismos, entremos sin temores en la discusión de las prospectivas, (estudio y anticipación de las tendencias), tal como lo hicieron hace 80 años los pereiranos que abrieron los cielos y el progreso cuando crearon Matecaña.

y sigamos la enseñanza del aforismo de Einstein: “La mente humana es como un paracaídas, si no se abre no funciona”.