PETRO, DAMOCLES Y EL TRONO

En los tiempos modernos el manejo del poder político tiene factores difíciles de conciliar. Dos de ellos son los acuerdos de gobernanza con la oposición y el sector privado; y la articulación del poder político con las instituciones tradicionales cuando de hacer cambios se trata. Se requiere inteligencia para el manejo.

Un tercer factor es la corrupción que se deriva del manejo de los recursos públicos tanto en la relación con las castas políticas como con los grupos económicos y contratistas.

El pereirano Juan Carlos Ramírez España es un estudioso del fenómeno de la corrupción a nivel planetario. La corrupción es el Covid de todos los tiempos.

Sobre ese tema haremos la próxima semana una entrevista que publicaré en GQ Tu Canal.

La corrupción es la verdadera oposición al gobierno. La corrupción tiene al gobierno Petro con la Espada de Damocles sobre su cabeza, ante cuya amenaza y por la incapacidad de gestionar la gobernanza ha apelado a la socorrida estrategia de sentirse perseguido, típica de nuestra clase política.

Es una desgracia política y una calamidad democrática lo que está pasando con Petro y su gobierno. Como congresista se hizo célebre denunciando la corrupción en la que su gobierno ha sucumbido.

Es altamente probable que pasarán muchos años antes de que la izquierda vuelva a tener la confianza en un candidato presidencial. Una vez le oí decir a Petro que, “Rechazar la democracia liberal conduce a la dictadura”. ¿Fue una frase más para la galería?

Nadie espera que Petro haga de Colombia una Arcadia. Pero en una democracia liberal jamás se harán cambios a la brava.

Hace un año hice una entrevista con el economista y exparlamentario Guillermo Botero Mejía admirado por su profundo amor por la pereiranidad y repetado por sus posturas de franqueza y verticalidad.

Siendo de origen conservador, Botero me sorprendió cuando le pregunté si a su paso por el Congreso algún político le había llamado la atención: “Gustavo Petro me pareció un político inteligente”.

Estoy en mora de repreguntarle al Dr. Botero si todavía le parece que Petro es un político inteligente o qué pasó.

Yo también creía que Petro era un tipo inteligente. La inteligencia entre otras cosas exige manejo, asertividad y habilidad política para conseguir los fines de la vida y en este caso, del gobierno. Petro no da manejo ni es asertivo en nada.

Es recurrente que algunos amigos se lamenten de la elección de Petro como presidente. En ese caso siempre pregunto si la culpa es de los electores o de los malos gobiernos anteriores, casi todos unos farsantes untados de corrupción.

Mis lectores saben que rara vez escribo sobre política nacional porque siempre digo parodiando a Carlos Fuentes, que no hay país que valga sin una Pereira que sirva. Tengo un alma y un pensamiento muy territoriales.

Eso no me hace ajeno al fenómeno Petro como un animal político difícil de entender, incomprensible en sus formas de gobernanza, tan contradictorio en sus discursos un día de unión y al siguiente de diatribas contra los políticos tradicionales, los medios y los ricos.

Veo que como presidente, está mostrando facetas que no se le conocían como candidato aunque ni sus amigos de siempre, como Antonio Navarro, fueron capaces de trabajar con él cuando fue alcalde de Bogotá.

Así es el mito de Damocles, un tipo inteligente y agudo que fastidiaba al rey Dionisio de Siracusa hasta que éste lo sentó en el trono, pero con una espada de punta en su cabeza y atada perpendicularmente con un pelo de caballo.

No es el trono; es la política responsable, el manejo del poder y la inteligencia para no tener sobre la cabeza la espada de Democles.