Con el desenfado y la convicción que Amparo Jaramillo Vélez suele enseñar sus luces de amor por la ciudad que la vio nacer, contó al auditorio que cierta persona le reclamó: ¿Y usted es que se cree dueña de Pereira?
Yo sí…y ¿usted por qué no? -y agregó- porque eso es lo que la ciudad necesita, que todos nos creamos dueños de ella.
Con semejante ejemplo de sentido de pertenencia, el aplauso del auditorio fue atronador.
Cuando se es dueño, se cuida, se protege, se vigila, se participa, se es solidario y duele.
Y fue el colofón de su charla con Felipe Baena Botero, rector de la Universidad del Areandina en el lanzamiento del proyecto Raíces de la Perla en el auditorio este martes 23 de abril, plan de cinco capítulos, el primero de ellos, “Los lugares emblemáticos de la ciudad”.
Busca recordar y exaltar la historia de Pereira, que como anotó Juan Alejandro Crosthwaite, “por la ciudad han hecho más sus ciudadanos que sus autoridades”.
Vimos y sentimos en ese inspirador proyecto un clamoroso llamado a la pereiranidad; al orgullo raizal y los desafíos que trae consigo, empezando por el conocimiento de cómo se formó la sociedad pereirana, de dónde venimos, cuál es nuestra diversa historia y sus diferentes orígenes.
Se habló del mojón histórico que marca en 1863 la refundación a cargo de Cañarte, Ormaza, Recio, Guadalupe Zapata y los que llegaron por la trocha desde el nuevo Cartago al mismo sitio donde antes estuvo y donde ya había un caserío.
Y de 1540 cuando el Mariscal Jorge Robledo fundó Cartago en lo que hoy son la plaza de Bolívar de Pereira y la catedral, mismo sitio donde bajo la dirección de Amparo Jaramillo en 2001 se hizo la restauración de la catedral y hallaron restos humanos de la civilización del Cartago viejo que se trasladó al otro lado del río La Vieja en 1691.
De ese Cartago viejo en la actual Pereira, lo único que queda en pie desde 1726 es la casa caucana de Hacienda Castilla en Cerritos, que en suerte heredó Amparo y que hermosamente dedica a un museo y galería de arte.
Con insistencia, Amparo nos recuerda que en 2040 se cumplirán 500 años de la presencia de Espáña en nuestro territorio. Es la sangre española que corre por nuestras venas.
Con 16 años a la vista, pienso que ya deberíamos tener un comité cívico que inicie contactos con el gobierno español, con las gentes cívicas y autoridades de Cartago y Pereira.
Tengo la convicción de que todos los asistentes al lanzamiento de Raíces de la Perla, recibimos una excelente lección de historia, civismo y sentido de pertenencia.
Y, además, un llamado al compromiso de mantener en alto la bandera de la grandeza y el orgullo pereirano, pero nos falta un ingrediente: Que es un deber sentir que todos somos dueños de la ciudad.