En algunos países están haciendo el tránsito de museos de exposición contemplativa a museos interactivos y aún más allá, a un modelo de arte de inmersión.
Por estos días el alcalde Mauricio Salazar planteó y abrió el debate de la “despolitización” del Bioparque Ukumarí. Y de otro lado, su idea de campaña electoral de agregarle valor tecnológico a Ukumarí con nuevas atracciones.
También vendría bien discutirlo porque en estos tiempos de la Era Digital, como nunca antes, lo que no evoluciona, se queda, se marchita, se muere.
El Ukumarí, como todos los parques temáticos, caso Disney Word, que se diseñan y construyen para fomentar y promover turismo -a riesgo de envejecer y salir del mercado- tienen la innovación de las atracciones en el centro del negocio. Con mayor razón ahora que existe una corriente animalista mundial.
Quienes hemos tenido el privilegio de ir a Disney en Orlando Florida, sabemos de la experiencia de vivir en Magic Kindom la fauna silvestre y en Epcot Center el mundo de la fantasía tecnológica, sólo para mencionar dos de sus grandes parques temáticos y de servicios que requieren varios días para recorrerlos.
En alguna medida Ukumarí tiene el componente de Magic Kindom. Le harían falta las atracciones con base en la mecatrónica (elementos innovadores con base en la robótica, mecánica, electrónica, sistemas de computación y ahora con componentes de inteligencia artificial).
Un componente de parque temático interactivo en Ukumarí sería un revolucionario atractivo turístico en Pereira.
Tenemos una ubicación geoestratética de privilegio que traería turismo más allá del pasadía, lo que permitiría a la hotelería y la gastronomía local y de la región un plus generador de empleo y riqueza desconcentrada.
Quiero recalcar los modelos interactivos e inmersivos porque como bien lo dice la médica veterinaria Cristina Buitrago, con los animales silvestres no es dable interactuar. Solo verlos.
Estamos en la Era Digital y del uso de las tecnologías, que como anoté al inicio, ya están en los museos con las obras de los grandes maestros de la historia que permiten experiencias de realidad virtual en las que el espectador se sumerge y participa con sus cinco sentidos.
El espíritu de grandeza pereirana tiene en el cambio de paradigma un gran desafío. Siempre ha habido y habrá detractores, pero como siempre decimos: lo fácil está hecho.
Aprovecho esta ocasión para hacer algunas precisiones a mi pasada columna sobre la historia del Parque Ukumarí, en especial la formulada por la exalcaldesa Martha Elena Bedoya Rendón.
Ella me envía una nota señalando que los predios del Bioparque Ukumarí estaban destinados por el anterior alcalde Luis Alberto Duque a un plan de vivienda y fue en 2003 que su administración presentó al Concejo Municipal el plan parcial que cambió el destino de esos terrenos entregados a la Sociedad de Mejoras de Pereira para el Parque Temático de Flora y Fauna.
Agrega la exalcaldesa Bedoya que, luego en la alcaldía de Juan Manuel Arango se compraron otras hectáreas e inicia la devolución legal de la SMP al Municipio.
Agradezco a la Dra. Martha Elena siempre tan acuciosa en temas de Pereira. Son precisiones, que para efectos de la verdad y el registro histórico del Ukumarí, valen tanto como la tarea pendiente de futuro de este valioso patrimonio de los pereiranos.