Esta es la historia de un colibrí incumplido y mentiroso que se convirtió en elefante blanco con piel de cocodrilo y bien puede ser una historia de mediocridad y de faltas a la ética y al buen criterio.
Uno de los integrantes de la Comisión Interdisciplinaria que el alcalde Mauricio Salazar integró para investigar la verdad de la gran farsa que es la Avenida Los Colibríes, se preguntó: ¿En qué estaban pensando los funcionarios contratantes y los miembros del consorcio contratista de esa obra vial que amenaza con ser el más grande elefante blanco de la historia de Pereira?
Del informe al alcalde Salazar hemos conocido aspectos de ese galimatías que involucra comportamientos y errores técnicos, enormes inconsistencias jurídicas entre los estudios previos, el pliego de condiciones y el contrato, problemas de actas que dan constancia de los pagos, pero no de los cumplimientos de las obligaciones contractuales a escasos días del 15 de marzo, fecha contractual de la entrega.
El rosario de problemas de Los Colibríes no es solo porque los diseños han sido cambiados una y otra vez, ni porque -de los 3.4 kilómetros- el primer kilómetro que fue prometido para el 30 de agosto de 2022 está inconcluso y con una enorme antena sin desmontar en mitad de la vía. Es una obra vial hecha a retazos.
Que el contrato es por cantidad de obra y no por precio global unitario, no importa. De los once centímetros de pavimento en asfalto solo tiene 7.5 cms, que en algunos tramos ya tienen piel de cocodrilo, (qué tal, colibríes con piel de cocodrilo), lo que significa que la subbase y la base de esa vía no soportan vehículos de carga pesada y además, según los técnicos, apenas tiene una vida útil de seis años, lo que está por fuera de las normas técnicas ANI.
La comunidad de El Tigre ha denunciado repetidamente la irreparable afectación ambiental y los incumplimientos de compensación arbórea y de túneles y pasos elevados de fauna verificados por la Carder que a su vez acusa al Municipio y al interventor de incumplimientos en la presentación de informes.
Para la Comisión Interdisciplinaria es incomprensible que los contratistas, con la anuencia y complicidad de las interventorías, digan que no sabían por dónde pasaban las redes hidráulicas y eléctricas en una zona de viviendas modernas que cuenta con todas las licencias.
Estos y otros aspectos son muy graves no solo por los altos costos de la obra, sino porque el propósito fundamental es que Los Colibríes sea vía alterna o paralela de la 30 de Agosto a su paso de la salida al occidente y norte del país a su paso por Cerritos.
Capítulo aparte es la desastrosa gestión predial para la cual fueron presupuestados $18 mil millones y cuyo contrato se le adjudicó al mismo contratista “Prosperidad Vial” que ya no tiene con qué pagar y todavía debe $11 mil millones a los propietarios empezaron a demandar porque autorizaron el paso de la obra con la promesa incumplida de pronto pago.
Todo este desorden en la planeación, todo este entramado administrativo, de erróneo cálculo político y contractual y todo este perjuicio para la comunidad del sector, ha carecido de todos los controles, le ha costado más de $70 mil millones y le seguirá costando un ojo de la cara a las arcas de Municipio alimentadas con los impuestos el bolsillo de los pereiranos.
Estamos frente a una obra pomposamente llamada Avenida Los Colibríes. Es una pena, una ofensa y una vergüenza que sean colibríes con vuelo de perdiz y piel de cocodrilo. A los pereiranos se nos pone la piel de gallina con este nuevo y monumental elefante blanco creado por la fauna política y de contratistas irresponsables que saben de antemano que al final, no pasará nada. ¿En eso estaban pensando?