EL RETORNO DE LA VALORIZACIÓN

El alcalde de Pereira Mauricio Salazar Peláez quiere hacer las grandes obras viales que la ciudadanía está reclamando para superar la crisis de movilidad, y una vez examinadas las opciones y la viabilidad financiera, decidió que sólo es posible hacerlas mediante el mecanismo de contribución por valorización como instrumento de gestión del desarrollo del territorio.

El alcalde Salazar ganó las elecciones el pasado 29 de octubre con una ventaja de más de 30 mil votos logrando lo que políticamente se denomina mandato con amplia legitimidad o mandato claro. Sabe que tiene capital político que debe gastar, haciendo.

Del plan de obras de mejoramiento vial que Pereira necesita, están entre otras, las innombrables glorietas de Corales y Turín. La segunda fase de la avenida Los Colibríes que vale $150 mil millones y otras obras viales que la zona urbana de Pereira requiere y son objetivos de su mandato.

En esta columna hemos señalado que quizás el mayor significado simbólico de poder formal y real de la democracia es otorgarle al ganador un mandato de representación, o sea la capacidad de disposición fáctica de hacer, que en la lógica política y en la práctica, es para lo que se elige a una persona.

La historia enseña que Grecia creó el concepto de democracia representativa ante la imposibilidad de poner de acuerdo a los participantes en las decisiones en el ágora de Atenas. Se resolvió el problema pasando de la oclocracia a la democracia.

Luego, en la perfección de los procesos democráticos fueron creados los controles políticos, que en la instancia local corresponde a los concejos municipales encargados de tramitar las iniciativas de los alcaldes y ejercer control político sobre ellas. Si ambos fallan, la ciudadanía ejerce el poder del control social.

En ese orden de ideas y porque los pereiranos no aguantan más trancones, el alcalde prepara un paquete de propuestas al Concejo Municipal para ejecutar obras viales por el sistema de valorización. No hay de otra.

Víctor Baza Tafur, especialista en Derecho Urbano y gerente de Camacol, afirma que, “El civismo del pereirano da cuenta de cómo es capaz de hacer aportes en favor del desarrollo. Eso es la valorización cuando hay confianza y se acuerda hacer aportes para obras de infraestructura que mejoren la ciudad”.

Agrega el líder del gremio constructor de Risaralda: “La valorización es un buen instrumento que bien utilizado, dará muy buenos frutos”.

En conclusión. Habiendo hecho Pereira grandes obras por valorización como Avenida Sur y Avenida La Independencia sin las cuales estaríamos en la inmunda, lo que hay que abogar es por la resurrección de la valorización como aporte sustantivo a la solución de la agobiante inmovilidad vial.