UN AÑO ELECTORAL PARA RECORDAR Y APRENDER

Desde lo político, este año que despedimos nos deja a los risaraldenses, como sociedad, lecciones por recordar y aprender.

Porque parecería que, para buena parte de nuestra la sociedad, ante los hechos y omisiones de ciertos gobernantes, de grupos políticos, gremiales y sociales del territorio, en esos sucesos, como en la canción de Fito Páez, es mejor estar al lado del camino, mientras todo pasa.

No lo fue así para el electorado en el año que concluyó con la elección de Juan Diego Patiño en la Gobernación de Risaralda, en la Alcaldía de Pereira con Mauricio Salazar, en la Alcaldía de Dosquebradas con Roberto Jiménez.

En la rotación de estos tres escenarios se impuso la lógica electoral según la cual, cuando los electores sienten que hay desgaste y no hay cambios, ellos sí cambian.

Durante 32 años, desde la elección popular de gobernadores en 1991, incluyendo a Juan Diego Patiño, ocho gobernadores han dirigido a Risaralda y solo en dos ocasiones, con Carlos Alberto Botero y Víctor Manuel Tamayo ha habido reelección en período alterno.

Roberto Gálvez, Diego Patiño Amariles, Carlos Arturo López, Elsa Gladys Cifuentes, Carlos Alberto Botero, Sigifredo Salazar, Víctor Manuel Tamayo y Juan Diego Patiño.

La caracterización política muestra que, aunque un gobernador liberal o conservador pudo ser relevado por otro del mismo partido, no siempre fue bajo la égida del anterior, como ocurrió en el caso de Carlos Arturo López en el que hubo acuerdo político previo dada la circunstancia de gobernador y alcalde liberales en el mismo periodo. (Diego Patiño y Juan Manuel Arango).

Durante los últimos 35 años, desde 1988 en doce ocasiones Pereira ha tenido alcalde por elección popular. Solo Juan Manuel Arango ha sido elegido dos veces.

Han sido elegidos Jairo Arango Gaviria, César Castillo Ramírez, Ernesto Zuluaga Ramírez, Juan Manuel Arango Vélez, Luis Alberto Duque Torres, Martha Elena Bedoya Rendón, Israel Londoño Londoño, Enrique Vásquez Zuleta, Juan Pablo Gallo Maya, Carlos Maya López y Mauricio Salazar Peláez.

En el caso de la lucha por la Alcaldía de Pereira la narrativa ha sido más emotiva y disputada que en Gobernación. Fue así como César Castillo le ganó a Luis Enrique Arango que era el candidato del alcalde Jairo Arango.

Pero sin duda, Castillo auspició la elección de Ernesto Zuluaga. A su turno Juan Manuel Arango empujó la de Luis Alberto Duque quien había sido el gerente de su campaña en 1993. Recordemos que el candidato de Luis Alberto Duque fue Germán Darío Saldarriaga su exsecretario de Gobierno, quien perdió con Martha Elena Bedoya.

En el 2007 con todo el poder y aceptación de su gestión, el alcalde Arango Vélez perdió con su candidata Martha Elena Bedoya derrotada por Israel Londoño, candidato del parlamentario Carlos Enrique Soto.

Soto y Londoño, cuatro años después, en reñida y estrecha elección, lograron que en 2011 Enrique Vásquez le ganara a Juan Manuel Arango; pero luego Soto y Vásquez en 2015 cayeron en las redes del cambio propuesto por Juan Pablo Gallo quien cuatro años después en 2019 vio en riesgo la elección de su pupilo Carlos Maya.

Entonces Gallo desbordó su participación en política electoral y fue sancionado por la Procuraduría y al final Maya venció a Mauricio Salazar, quien, como la araña, fue tejiendo la red y en octubre 29 pasado derrotó estruendosamente a Maicol Lopera, candidato de Gallo y Maya.

Hay lugares comunes en esta narrativa de los procesos políticos y de la lucha por el poder del territorio. Mencionemos dos: El desgaste del poder cuando sus líderes más que en hacer administraciones eficientes, innovadoras y de grandes avances sociales, terminan en el berenjenal de la politiquería y enfocados en atornillarse en el poder. Al menos eso es lo que perciben los electores cuando dicen, no más.

Y la frustración y desesperanza del electorado. Son las peores enemigas del dirigente político y del gobernante que acceden al poder y les queda grande.

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