UN ALUMBRADO MUY APAGADO

Fue muy triste, frustrante y patético lo ocurrido el 7 de diciembre en Pereira con el tradicional alumbrado navideño.

Tristeza que sintieron las familias y turistas que querían disfrutar del alumbrado que en otrora fue temático y uno de los mejores del país, pero que, a manera de aguinaldo envenenado, de algunos años hacia acá se ha convertido en el hazmerreír y el sufrimiento de todos los diciembres.

La frustración fue mayor cuando en las redes sociales y noticieros de televisión comenzaron a circular las imágenes de los excelentes alumbrados de Manizales, Armenia, Cali, Bogotá y claro, el de Medellín que es sin duda un ejemplo y un negocio turístico redondo, digno de imitar cuando el interés público y el sentido de pertenencia están por encima de otros intereses.

La noche del alumbrado se salvó para quienes acudieron al Parque Consotá, en donde Comfamiliar hizo una celebración espectacular. Hasta avanzadas horas de la noche la fila de carros llegaba a la calle de las arepas.

Mientras, fue patético ver contratistas del alumbrado intentando prender la cascada de bombillas del Lago Uribe y la Plaza Cívica. Los cableados de las carreras séptima y octava se quedaron apagados encima de las filas de carros cargados con niños que no entendían un alumbrado apagado.

La decepción contagió al excandidato a la alcaldía, Maicol Lopera quien disparó fuego amigo con este trino: “Pereira cierra el 2023 con buenos indicadores, pero con un alumbrado navideño que no conecta con las emociones de la navidad”. Le faltó decir que este fracaso refleja los pésimos y desgastados de algunos de los asesores que en varias secretarías tuvo el alcalde Maya.

Por si al nuevo alcalde Mauricio Salazar le faltara otro reto, le sumamos este, a ver si logra borrar el rumor del imaginario colectivo, que cada final de año asume que el alumbrado es un negocio de alguien que ya sabe cómo es la cosa.

En Medellín el alumbrado está a cargo de EPM. Es incomprensible que teniendo Pereira toda la experticia eléctrica e idoneidad en la Empresa de Energía, la Alcaldía decida contratar a un tercero que cada año hace un alumbrado de tres pesos.

Sobre este fracaso que le costó a la ciudad $4.500 millones, consulté al ingeniero Milton Hurtado secretario de infraestructura, quien me dijo que a las dificultades técnicas se sumó que de inicio la licitación se declaró desierta y se perdieron 20 días que al final pesaron mucho en el proceso de instalación y operación.

Este vergonzoso caso del alumbrado navideño en nada contribuye a la recuperación de la confianza que los ciudadanos deben tener en la administración municipal, que, en estos ocho años del cambio prometido, terminó con un cambio muy apagado, costoso y criticado.

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