A iniciativa de El Opinadero, un grupo de columnistas el pasado jueves tuvimos la ocasión de visitar la portentosa sede de Comfamiliar Risaralda en Dosquebradas y escuchar del director general, Luis Fernando Acosta Sanz, un informe del ejercicio del primer semestre 2023 en esa emblemática institución.
Y es portentosa y emblemática por el alcance social que en ocasiones se nos antoja increíble en un país en donde el lucro personal, la codicia política, las conveniencias de grupetos intrigantes y voraces, los falsos liderazgos y los protagonismos mesiánicos siembran desconfianza, incertidumbre y desconcierto.
Como todas las instituciones, Comfamiliar ha tenido sus picos altos y bajos, pero los logros alcanzados superan falencias y crisis como la del 29 de noviembre pasado, cuya fallida toma a la dirección ejecutiva, le deja al estupendo equipo de colaboradores del director Acosta, el reto visionario de propósitos superiores.
Es muy generoso y diverso el portafolio de servicios de Comfamiliar Risaralda. Su veintena de áreas va desde crédito, recreación de alto nivel, turismo, cultura, subsidios, agencia de empleo, atención integral a la niñez, a discapacitados, centros médicos, clínica Comfamiliar, salud oral y una extensa gama de oferta en educación incluyendo la Fundación Universitaria Comfamiliar que se prepara para su nueva Facultad de Medicina.
Los resultados del primer semestre 2023 son una muestra clara y contundente del compromiso de sus colaboradores en todos los frentes institucionales. Algunos datos relevantes y sustantivos auguran buenos vientos y perspectivas.
$28.545 millones en inversión institucional; 207% de cumplimiento en resultados institucionales; 20% de crecimiento de los aportes empresariales son las cifras relevantes de los estados financieros. En tanto que en afiliados creció de 22.669 en el primer semestre de 2022 a 25.638 en 2023 y en el mismo periodo los trabajadores afiliados pasaron de 195.820 a 205.405.
El envejecimiento de la población (Pereira y Manizales son las dos ciudades del país con mayor tasa de envejecimiento) ha reducido el número de población beneficiada. Es evidente que en los hogares cada vez hay más mascotas que niños.
Quiero decir, que, en sentido contrario, si la tasa de natalidad se reduce, debería aumentar la calidad de los servicios y por ende, la calidad de vida de la población.
Es grande el reto para el ex banquero y actual director Luis Fernando Acosta Sanz, su equipo de colaboradores y el nuevo Consejo Directivo que se elija, en caso de que, tras la intervención parcial, sea convocada nueva elección de dignatarios.
Al finalizar el ejercicio de escuchar y recorrer las instalaciones de Comfamiliar, recordé las palabras de la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, quien vino en enero pasado a conocer sobre el terreno el caso de la intervención parcial al Consejo Directivo que como se informó, fue prorrogado por seis meses más para evitar que se cruzara con el debate político electoral que vive el país.
Recordé entonces, que la ministra -conocedora como el que más de nuestros problemas locales- reiteraba que Comfamiliar debe estar a salvo de cualquier injerencia política porque es el patrimonio más preciado de los trabajadores y sus familias, al igual que de los empresarios aportantes.
Unos y otros, hacen posible que Comfamiliar exista y sirva bien a nuestra sociedad.