Con más hilaridad que sorpresa vemos a la concesión vial Autopistas del Café anunciándole una denuncia penal al exalcalde y exsenador Juan Guillermo Ángel Mejía, por causa de la conocida carta al presidente Petro el 2 de mayo pasado pidiéndole que se revise el contrato de la concesión Autopistas del Café, que al decir del Dr. Guillermo Botero Mejía, “es un negocio de rentas de capital”.
Autopistas del Café, misma a la que se le derrumbó el puente El Alambrado -aún no explicado- dejando un saldo de muertos, camiones que cayeron al río La Vieja y un incalculable perjuicio para las ciudades de Pereira y Cartago que, sin remedio, vemos pasar por nuestros territorios incómodas caravanas de tractomulas que generan monumentales trancones y cuantiosos perjuicios económicos al comercio, porque a la gente del Norte del Valle ya le da jartera venir a Pereira.
Empecemos por decir que lo que pretende vulnerar Autopistas del Café es el derecho de opinión a que constitucionalmente tiene Juan Guillermo Ángel. Y que el gerente Mauricio Vega Lemus, de tiempo atrás trae una espina en el corazón contra quienes en numerosas columnas de opinión expresamos nuestro rechazo a los manejos que le dio a la Cámara de Comercio de Pereira, de la que fue presidente ejecutivo, misma a la que tuvo que devolverle millonarios recursos que éticamente no debió cobrar.
El gerente Vega Lemus en su arrogante e incorregible síndrome de Hibrys, no ha podido superar el control social del periodismo de opinión que no traga entero. En el pasado -hasta que se le subió el humo a la cabeza- Vega Lemus tuvo un brillante desempeño como gestor de recursos nacionales para el Aeropuerto Internacional Matecaña y la construcción de Expofuturo (esta última obra, importante pero inconclusa). Después, lo perdimos y le quedamos debiendo.
Vega Lemus no desperdicia ocasión para buscar revanchas tanto desde ciertos sectores de la institucionalidad -donde lo protegen celosamente- como desde casos como éste, en el que, al parecer, con los recursos de los peajes que todos pagamos, contrata abogados para que le joda la vida a Juan Guillermo Ángel a la manera de chivo expiatorio de un documento firmado por 70 dirigentes y empresarios de la región.
En síntesis, la extensa carta abierta al presidente Petro, señala 26 otrosís y posibles irregularidades que durante más de dos décadas Autopistas del Café, propiedad de la todopoderosa empresa Odinsa (Argos), viene explotando económicamente los costosos peajes del Eje Cafetero.
A raíz de un reportaje que en mi programa Puntos de Vista hice al economista Juan Carlos Grillo Posada sobre la carta al presidente de la República, el 24 de mayo le anuncié a Autopistas del Café mi voluntad de escuchar la otra parte de la historia si el gerente Vega Lemus aceptaba la invitación. Obtuve como respuesta que, “…el documento está lleno de imprecisiones y no queremos cazar una pelea ante afirmaciones que no son ciertas”.
Posteriormente, el pasado 20 de junio, sobre el mismo documento al presidente Petro, el Dr. Guillermo Botero Mejía (uno de los autores del escrito contra Autopistas) dirigió carta abierta al exalcalde Álvaro Ramírez González señalando taxativamente que, “La historia de la concesión Autopistas del Café amerita un debate”.
Quizás pocos como Botero Mejía conocen el cordón umbilical de esa historia, pues desde el gobierno de César Gaviria fue uno de los inspiradores que planteó el concepto de una autopista que uniera a las tres capitales del Eje Cafetero. Roma no se hizo en un día.
Traigo esta síntesis de la narrativa que pone en tela de juicio la concesión que el gobierno nacional le dio a Odinsa y que se destapa en medio de broncas y pugnas de ciertos voceros institucionales que, por encima de la pereiranidad, del maltrecho espíritu cívico y de los caros destinos de la ciudad, han puesto sus intereses personales y conveniencias de grupetos.
Ahora, lo que faltaba. Que el victimario Autopistas del Café pase al rol de víctima, y su gerente Vega Lemus y su presidente Mauricio Ossa le den poder a un bufete de abogados penalistas para que notifiquen y conviertan en perseguidos de “delito de opinión” a uno de los 70 firmantes.
Yo adhiero a esa carta y seríamos 71 ciudadanos que de corazón nos interesa la defensa de lo público y la verdad real de esa multimillonaria concesión que nada ha hecho por Pereira y por lo visto, ahora lo que sigue es el maltrato moral de quienes lavan su imagen pretendiendo dictar cátedra de ética y liderazgo a las nuevas generaciones.
Como columnista de opinión, me sumo rechazando contundentemente esa notificación amenazadora que en nombre de Autopistas del Café hace el abogado Burbano Cifuentes a Juan Guillermo Ángel por sus opiniones expresadas en El Opinadero y otros medios.
En este clima aberrante de arrogantes que se creen intocables manejando recursos públicos, hay que estar siempre dispuestos a comparecer ante los tribunales con tal de que nos devuelvan el depredador negocio de los peajes, e iniciemos un proceso como el que propuso el gobernador Víctor Manuel Tamayo con el programa Vías del Samán, enhorabuena respaldado por los ministros de Hacienda y Transportes.
Lo que los pereiranos de verdad queremos, es que, en lugar de esas concesiones de peajes convertidas en un negocio de rentas de capital, se hagan modelos como el programa Vías del Samán, con veedurías cívicas y técnicas que gestionen voluntades y recursos y hagan rendir la platica de los peajes, porque la otra platica, la de Autopistas del Café, está perdida o cuanto menos en tela de juicio. Y es nuestro derecho preguntar, cuestionar, dudar y no tragar entero. Tú tranquilo, Juan Guillermo.