CUANDO PEREIRA CAMINA

Más de cinco mil personas que de corazón salieron ayer domingo a la caminata para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, suplen con ventaja la precariedad de liderazgo de algunos dirigentes e instituciones dedicadas a otros asuntos ajenos al palpitar del corazón pereirano.

Circunvalar arriba partiendo del parque Olaya Herrera con destino final al cerro Canceles, miles de pereiranos caminaron con entusiasmo y con la convicción de que la ciudad necesita refrescar y fortalecer sus liderazgos ambientales porque en el infierno del cambio climático, lo que está en juego es la suerte del planeta y de la humanidad.

Pereira no es ajena a ese escenario. Pese a tener vastas áreas protegidas, estupendos bosques urbanos que fungen como pulmones en medio del atosigamiento de gases contaminantes por la sobresaturación del tráfico automotor, de tener una treintena de quebradas en la zona urbana la mayoría con alto grado de contaminación, esta ciudad está asediada por la crisis climática.

Lo dijo el padre Pacho en su homilía al inicio de la caminata y lo reiteró con su proverbial lenguaje ambiental el director de la Carder, Julio César Gómez, que, el riesgo existe, es inminente y es mortal la amenaza al bienestar, a la calidad de vida y peor aún, a la supervivencia de la humanidad. Que la tierra podrá sobrevivir sin nosotros, pero nosotros no podremos sobrevivir sin la tierra.

Pereira y Risaralda se encuentran en el mapa colombiano de riesgo hídrico. Ya se hacen estudios sobre la capacidad de agua subterránea. En el caso de Cerritos, siempre hubo excelentes niveles freáticos, que, por la desordenada ocupación de la zona de expansión sin consideración sanitaria, (y la PTAR, lejos) se teme alta contaminación de esas aguas.

Estos y otros fenómenos exigen no solo de liderazgos efectivos y transformadores en nuestra sociedad. También convocatorias como la de Carder y respuestas masivas como la de la ciudadanía el pasado domingo. Son señales positivas que nos reconcilian con el género humano en virtud de la actitud generosa, conciencia ciudadana y de que más allá de su amor por Pereira, lo hacen por el planeta y la humanidad misma.

La caminata es prueba de que hay potencial en el modo positivo como amplios sectores ciudadanos responden a convocatorias serias y de largo alcance en favor del colectivo social, repetimos, en contraste con las posturas de pequeños y egoístas clanes que, en beneficio propio, se creen dueños de la ciudad.

Cuando Pereira camina en la dirección correcta, es porque hay señales positivas de corregir el rumbo equivocado.