¿TENDENCIAS ELECTORALES INEVITABLES?

En Pereira y en el país, la nueva polarización política no es de izquierda y derecha. A hoy, sería una elección pendularmente entre gobiernistas y antigobiernistas.

¿Petristas y anti petristas alinderados, con todo lo que implican los linderos? Sería una desgracia y un error histórico para los intereses territoriales que desde siempre han sido castigados por el asfixiante centralismo de los gobiernos con la complacencia de los partidos.

Son evidentes el desgaste del gobierno Petro y los gobiernos locales por la falta de soluciones al metro cuadrado de cada ciudadano por la inseguridad ciudadana, inmovilidad vial, carestía, desempleo formal, la bomba social y demás factores que anuncian voto de castigo.

Es probable que los electores crucen esa tendencia nacional con las decadencias locales haciendo a un lado los colores partidistas hoy más desteñidos que nunca gracias al bazar de los treinta y pico de partidos políticos donde un aval vale el oro y el moro. Nada hace prever que sea de otro modo, salvo una aspiración renovadora que marque diferencia y oxigene la política.

Es cierto que los gremios empresariales, la oposición política y los petristas arrepentidos -con la ayuda de la cascada de errores petristas- han creado una atmósfera tóxica contra el gobierno a tal extremo que los candidatos locales están bajo la lupa de los “inversionistas” que legal o ilegalmente financian campañas con la premisa de que nadie que esté untado de petrismo, tendrá apoyo económico. Eso es mortal para las campañas políticas.

Ya existe un claro sesgo contra los candidatos gobiernistas, es decir, aquellos que tienen su base electoral en movimientos como el Pacto Histórico e incluso ciertas tendencias del Partido Verde que se han alinderado con grupos de izquierda.

La lógica fatídica de cualquier disputa por el poder siempre ha sido “contra quién es la cosa”. Los gobiernistas competirán contra corriente, al paso que los antigobiernistas serán invitados de honor en el festín de Baltazar.

Queda una variable. Que excepcionalmente en Pereira se registre una sorpresa electoral con una votación esquiva cuyo voto de castigo, pensado o de protesta, se exprese en favor de alguien -con o sin partido- que genere confianza, credibilidad y represente el interés general bajo la consigna de trabajar por una ciudad mejor. ¿Habrá en Pereira alguien que represente esa bandera con audacia e independencia?

A cinco meses de las elecciones, ningún candidato tiene nada seguro, ni siquiera con voto amarrado, ni adhesiones ni encuestas a su favor, pues la otra tendencia es que la gente no canta su voto como es y camino a la urna, cambia el voto. Por ahora hay más incertidumbre y expectativas que certezas.