QUÉ SERÁ, SERÁ

​Creer es dar por cierto aquello que no se puede demostrar; el sitio de privilegio que han ocupado las: pitonisas, sacerdotisas, brujos, adivinos, chamanes, quienes reclaman su capacidad de ver el mañana en las entrañas de un sacrificio, o la mansera como los huesos se distribuyen cuando se lanzan al suelo, o el rumbo de las aves, o el orden en los que aparecen las cartas, o la posición de los planetas y las estrellas en el espacio, todas ellas servían y sirven para que ellos anticipen lo que quizás será.

​El futuro sin embargo no siempre es algo que el azar resuelve, los economistas predicen el comportamiento de la economía; la inflación aparecerá cuando el mercado responda a las decisiones de los gobernantes, la planeación es una manera de evitar los errores y predecir el éxito, las caries aparecerán cuando no se cuide la dentadura; así algunos futuros también son el resultado del azar, Napoleón indagaba más por la suerte de sus coroneles que por sus virtudes académicas, y es factor presente en los deportes.

​Algunos pensarán que nuestro gobernante es un adivino; cuando con su chu, chu, chu, predijo la crisis del sistema de salud, acertó puesto que aparecieron las largas filas de gente esperando medicinas, y la atención de especialistas, todo ello como consecuencia de un gobierno que no es capaz de atender a los enfermos que a su cargo están.

Nuestro profeta, quien aceleradamente asume el papel de la diosa Kali, la de la destrucción y el cambio, hace evidente su vaticinio cuando le reclama al ministro del ramo, no por incremento desaforado del precio que los colombianos pagamos por los combustibles que mueven los motores y los fogones, sino por la escasez, resultado de la ordenada disminución de la producción nacional, ello es otra demostración que ese futuro ya se había anunciado, cuando se ordenó no extraer lo que yace en nuestro suelo.

Se firmó un decreto que ordena a las universidades públicas vincular a la planta permanente a los docentes y catedráticos, sin acompañar la medida con los dineros suficientes para pagar nóminas impagables, y si bien los profesores de planta y su incremento es deseable, también es cierto que los catedráticos quienes se desempeñan en sus profesiones también aportan experiencias y conocimientos que la academia ofrece, ellos son académicos que cuestan una fracción de lo que devengan muchos quienes, gracias a normas que se tienen que revisar, cobran sueldos astronómicos, a ello se agrega otra decisión demagógica, aquella que incrementó la matrícula cero, que ya operaba para los estudiantes de los estratos uno, dos y tres, es decir aquellos que necesitan de ese apoyo, a la cero universal, subsidiando también a quienes tienen y deben contribuir para sufragar un costo de la educación superior que ya registran costos, a cargo de los contribuyentes, de decenas de millones de pesos por semestre y por estudiante; no se necesita de pitonisas para predecir el colapso del sistema.

Sigue la predicción del futuro, la deuda del estado llega al 65% del PIB, algo nunca visto, lo que representa el incremento de 10 puntos en solo dos años, tal como lo predice Cárdenas, lo que generará un inflación galopante, misma que se ha hecho compañera inseparable de los gobiernos socialistas de nuestro mundo, esta es otra predicción que se cumplirá, a pesar del incremento de la producción de coca, que ya llega a trescientas mil hectáreas, lo que han mantenido al dólar estable.

Del futuro también se ocupa la música el “Whatever Will Be, Will Be” (Qué Será, Será) de Livingston, o el “Let It Be” de los Beatles, suenan mejor que el gas importado por los cables eléctricos desde Panamá.