DE GUATEMALA A GUATEPIOR

​Por razones que no recuerdo, asistí a un evento internacional que reunía a policías e investigadores de diversos países; nos agruparon de manera que pudiéramos compartir experiencias, me correspondió de pareja el policía francés, a quien le pregunté: “¿cómo encontrar a un delincuente que se esconde?” recuerdo su repuesta: “chercez la femme”, solo necesitó dos palabras, busque a la mujer, para darme una lección que no olvido.

​Recibí la solicitud de un grupo de señoras guatemaltecas quienes se reunían en un círculo de lectores, ellas querían, como les era habitual, conocer y hablar con el autor de lo que leían, esta vez mi novela “EL VALLE DE LAS CAÑAS GORDAS” sería la razón de ese encuentro, cuando iniciamos la reunión, surgió la pregunta: ¿por qué, en su novela, dijo y repitió: salió de Guatemala para caer en Guatepior?, responder a lo que más que una inquietud parecía una queja no resultó tarea fácil. ​

Dijo un humorista norteamericano: “los políticos, como los pañales, deben cambiarse con frecuencia y por la misma razón” a ello quiero agregar con Marx que “La historia se repite una vez como tragedia y otra vez como farsa”, todo esto me viene a la memoria cuando repaso lo que viene ocurriendo en mi tierra con las recientes elecciones locales.

Para no fatigarlos inicio el recuento con la dura derrota a la propuesta releccionista, para la alcaldía de Pereira, que sufrió el sector que dirigía el senador Soto, por parte de la campaña del cambio, palabra de moda con la que recientemente se visten políticos y demagogos, así que la candidatura que encarnó un joven carismático quien inició su gestión acertando; lamentablemente la historia se repitió y terminó reeligiéndose en pariente cercano y cogobernando con quienes saben que el camino más corto al dinero y el poder es acercarse el gobernante, así que la fotografía del alcalde, su sucesor y quien coordina a la asociación de los privados con los gobernantes, muestra quienes tenían el control.

Una segunda administración arrogante que se escondía despachando desde despachos ambulantes, como los pañales, olió maluco y terminó encartada en los tribunales, salimos de Guatemala para caer en Guatepior.

Otro joven, carismático y buen orador repitió la historia, su oferta de cambio derrotó ampliamente a la reeleccionista, con una opinión favorable muy positiva inició bien, pero el juramento de que no caería en las prácticas que habían desprestigiado a sus predecesores, ahora está severamente cuestionada, dadas las evidencias de que, lo que le encomendaron decenas de miles de electores manejar y cuidar, se está usando para obtener ventajas en, para decir lo menos, prematuras campañas electorales, cosa que no es nada nuevo, pero esta vez, haciendo un símil con el estribillo con el que se publicitaban las películas, “ jamás llevadas a la pantalla”; alcalde no soy juez, ni fiscal, pero como en usted tantos depositaron su confianza, espero que no les falle, no permita que en la tarea de “chercez la femme”, nos demos cuenta de estar en otro Guatepior.

Si en el vecindario llueve en la nación no escampa, allí encontramos una repetición superlativa del caer en Guatepior, a la corrupción desbordada, al desgobierno, la improvisación y la ineptitud, solo ayer vimos aviones y helicópteros de la fuerza pública usados como taxis para bodegueros, propagandistas y actores políticos, o los 12.000 empleos para no hacer nada que Benedetti viene ofreciendo para comprar parlamentarios.
Pero todo ese desastre palidece ante lo que ahora dice, que delega en unas organizaciones inexistentes, usar hordas para que obliguen a que le aprueben algo que se puede y debe hacer por los mecanismos democráticos, sin el derroche de una millonada para financiar su campaña.

Ordenar atacar a la gente y prohibir a la fuerza pública que defienda a quienes se convierten en víctimas de su delirio de poder; que tal un presidente tocando lo tambores de la guerra para matar colombianos, para que destruyan lo de todos menos a lo que pertenece a la clase media.

Petro miente cuando predica la paz y se deleita posando como el mesías que salvará a la humanidad mientras ordena se ataque a su pueblo, el que padece sin medicinas, sin energía, temeroso y encerrado por la violencia que crece verdolaga en playa, esta Guatepior es la más asesina, violenta y corrupta que registra nuestra historia.