Como en los remotos tiempos fundacionales, Pereira debe discutir las opciones del futuro del Aeropuerto Matecaña sin temores, con sabiduría y pluralismo. En la competitividad las diferencias se miden en los saltos de calidad cuando las organizaciones planean y ejecutan para mejorar.
Muchos pereiranos no saben que 1927 se intentó “un campo de aterrizaje” donde hoy es el barrio Primero de Febrero y luego en la meseta de Dosquebradas. Ambas ideas se descartaron.
Luego de adquirido el predio Matecaña, el 18 de agosto de 1944 el Concejo expidió el Acuerdo 34 cuyo inicio dice: “Dispóngase la construcción de un campo de aterrizaje (…), el 22 de agosto el alcalde José Tovar ordenó el bando y el 28 de julio de 1945 el escritor y periodista Benjamín Ángel Maya lideró el convite cívico pro Aeropuerto Matecaña.
Ellos también tuvieron discusiones y detractores, pero concejales, alcalde y empresarios, eran líderes cívicos que con visionaria decisión advirtieron el vacío que Pereira tendría si no hacían un aeropuerto para poner a volar la promesa en el horizonte de los años.
Inspirado en la fuerza titánica de la generación que anticipó al futuro de Pereira, el poeta Julio Cano hizo el himno en el que la ciudad canta a sus nobles hijos.
Ellos eran negociantes netos, pero no negociaban lo público. Al contrario, se metían la mano al bolsillo -como cuando en 1928 trajeron de Alemania la primera planta telefónica automática de Colombia- porque el Municipio no podía pagarles el viaje a Europa. O como cuando, pensando en el Centenario, entre bambucos, tangos y aguardientes convencieron a Arenas Betancur de hacer el Bolívar Desnudo por solo $360 mil pesos.
Ellos entendieron que siendo solidarios podían fortalecer la posición geoestratégica de Pereira, premisa que los llevó al abordaje de propósitos superiores para hacer infraestructuras que nos pusieron en el mapa de ciudad prodigio cuando apenas despuntaba el sol de la primera mitad del siglo XX.
Su pujanza fue tan proverbial que todavía se dice: así no vamos a ningún Pereira.
Hay ciudades más antiguas que Pereira, pero no tuvieron como nosotros, líderes auténticos para los retos que desde las nuevas fuentes de energía de la Segunda Revolución Industrial viene exigiendo el desarrollo tecnológico, con más planeación de prospectiva para anticipar tendencias. En el marasmo del conformismo y la parálisis por análisis, el que se queda, se queda.
Por estos días debemos reaprender. Y sin descalificar ni prejuzgar, escuchar la pluralidad de voces, discutirlas y revisarlas para tomar las decisiones que más sirvan a la ciudad. Es un error temerle a las propuestas, a las ideas por disparatadas que parezcan. Los soñadores de quimeras somos conscientes de que seremos parte de los inventarios del olvido. Pero, para razones, el tiempo.
No olvidemos que, del espíritu de libertad, pujanza, grandeza y pensamiento crítico, están hechas las entrañas de la pereiranidad.
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Luis Garcia Quiroga es director fundador de GQ Tu Canal. Periodista con 50 años de experiencia (1975). Abogado de la Universidad Libre. Trayectoria en radio, prensa, TV y medios digitales. Columnista de GQ Tu Canal