EL GOBIERNO DEL YIN Y EL YANG

El discurso del cambio, aquel que ofreció rescatar los que llamó los doscientos años podridos de la historia de Colombia ha fracasado, realidad que disfraza con: la palabra engañosa, la mentira, la calumnia, la agresión a todo aquel que discrepa de su voluntad soberana y el yo no fui.

​El Yin y el Yang, el medio círculo blanco y el otro negro, imagen que describe las contradicciones: la existencia del bien y del mal, de la verdad y la mentira, de la luz y la oscuridad, del pecado y el castigo; así existe el cielo y el infierno en las religiones teístas, el nirvana de los musulmanes y la reencarnación en seres superiores o inferiores de los orientales, todos ellos ahora encuentran quien ha propuesto una nueva forma de terminar con el delito, basta eliminar el opuesto, cambiando las palabras.

​El mundo recuerda cómo el presidente de Colombia, dijo que, si se cambia la palabra que describe el delito, este deja de serlo, y para demostrarlo, ahora los criminales convictos se convierten en personas que nada deben y por lo tanto las exhiben y se ponen como ejemplo.

La conclusión es que la justicia debe dejar de ser un ente independiente, para convertirse en un instrumento de lo que el soberano ordene.

​“Calumniad con audacia; siempre quedará algo” dijo Francis Bacon, ella, la calumnia, es prima hermana de la mentira, ambas se hacen con premeditación, solo que aquella se refiere a la difamación y por lo tanto se hace con el propósito de dañar a alguien.

​De lo uno y de lo otro, hacen uso los afectos al cambio; la fiscal del caso Uribe calumnió al expresidente, al tergiversar su declaración, ella la, que con el visitador de prisiones se burlaba de la persona en el estrado, es una reciente muestra del talante moral imperante en la burocracia en el poder.

Que tal Benedetti posando de víctima del ataque aleve contra el senador Uribe Turbay, o el sindicato que acusa a Miguel, quien recibió la ráfaga asesina, de haber buscado la bala disparada a quema ropa y de sobre mesa denunciarlo, para que los proyectiles envenenados se sumaran a los fallos judiciales, para callar a quien con arrojo se atrevió a denunciar al régimen, y que opinan de la senadora Zuleta, cuando dice que los informes sobre el estado de salud de Miguel Uribe son una treta para evitar que lo que quiere el régimen sea aprobado, mientras que compite con las visitadoras de Vargas Llosa, solo que esta vez no busca a soldados, si no a los convictos de los peores crímenes.

El discurso de que usted es pobre por culpa del otro tiene audiencia, de un lado la inevitable comparación con el derroche que exhiben: los mafiosos, los artistas y deportistas, los multimillonarios, los políticos y burócratas corruptos, y del otro la falta de lo indispensable; pero como dice el refranero, el cura predica pero no se lo aplica, mientras se señala a: los empresarios, al dueño del almacén, de la tienda, de la empresa, a los médicos, a los gerentes, a los empleados, se rodea de quienes hacen parte de verdaderos conciertos para delinquir, contratan a sus parientes y viven como los más opulentos.

Montealegre, quien dijo hoy lo que combatió ayer, es el caso más evidente de lo que me enseñaron en química, la existencia de las moléculas anfóteras, aquellas que se comportan como ácido o como básico, según el entorno en el que se encuentren, a éste malabarista de las normas se suma quien se autocalifica de pastor, denunciado por malos manejos y peores conceptos sobre la democracia, ellos son las últimas adquisiciones de quien ya no encuentra fácilmente a quien encomendar el manejo de lo ajeno.