EL NEGACIONISMO AMBIENTAL Y CLIMÁTICO

La participación de Risaralda en la COP 16 que arrancó ayer en Cali Valle, es motivo de complacencia para quienes creemos que tenemos un compromiso con nuestros hijos y las futuras generaciones en materia de defensa, protección, conservación y restauración de la madre naturaleza.

Allí estarán la Contraloría Municipal del abogado Perches Giraldo quien enhorabuena constitucionalmente se ha interesado por el caso de abusos ambientales en la zona rural de Pereira denunciados durante el foro ambiental que recién convocó en alianza con la Carder y la Universidad Tecnológica de Pereira, dos instituciones que también han sido invitadas a participar activamente en la COP 16 desde hoy en Cali.

Es en este momento de la historia de la humanidad que tenemos que fortalecer los esfuerzos que se han hecho y los que faltan por hacer para vivir en paz con la naturaleza, y en especial de cada entorno ambiental como el nuestro tan privilegiado y especial.

Risaralda tiene el reconocimiento mundial de ser una zona biodiversa diferente por kilómetro cuadrado, como en los años sesenta cuando Pereira fue por hectárea cuadrada el primer municipio con mayor producción de café, en especial el sector del corregimiento de Morelia.

Precisamente, el caso Morelia cafetera es un ejemplo demoníaco del recalentamiento global afectando nuestro territorio porque dejamos de ser un suelo estupendo para la producción cafetera por la aparición de plagas como la broca, la roya y otras que hicieron impropio el cultivo en la altitud nuestra, cuando hasta en los patios de las casas había cafetales y otros cultivos.

A lo largo de la historia el ser humano ha tenido comportamientos absurdos de negacionismo como cuando la propia iglesia católica en la cumbre de su poder quiso poner en la hoguera a Galileo Galilei porque afirmó que la tierra no era el centro del universo.

Igual pasa hoy con los negacionistas del riesgo climático, cuyo grado de peligro, en mi humilde opinión, ha escalado a niveles de amenaza climática y cada día será peor pese al innegable crecimiento de la conciencia ambiental en amplios sectores de la sociedad humana.

Es grande el temor -cuando no miedo- serval al colapso climático. Lo será mayor cada día y lo que esperamos es que no sea demasiado tarde cuando ya no haya nada que hacer porque como siempre se ha dicho, la materia no desaparece, se transforma. Y en muchos casos en varias partes del planeta, se ha transformado en tierra árida y en miseria.

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