GUS: EL INGENIERO DEL MORRAL INTELIGENTE

Salvo por envidia o egoísmo, hay quienes dejan de admirar al ingeniero pereirano Gustavo Orozco Restrepo, tan lejano como fue a la hoguera de las vanidades, hasta el final de sus horas.

En las honras fúnebres que con devoción prepararon su familia y amigos -y a las que lamento no haber asistido por mi hospitalización inesperada- con la inteligencia heredada del abuelo, Sofía su nieta, resumió el discurso más impactante en el corazón de quienes compartimos momentos e ideas con el gran Gus:

““Si todos lográramos encontrar un Gustavo Orozco en nuestras vidas como mentor, amigo, compañero, hermano, padre o abuelo, seríamos personas más completas”.

Este gran pereirano se la pasó evitando el terrible aforismo del panfletista francés León Bloy quién al criticar la indiferencia y la opacidad social, política o económica del entorno, sentenciaba que, “Hay hombres que van del útero al sepulcro sin estremecerse”.

Por eso, el exalcalde Gustavo Orozco, al decir de Álvaro Ramírez González, fue desde la dirección de Planeación quien proyectó como pocos “La Pereira del futuro”. En esa tónica, y desde diferentes facetas conocimos sus inquietudes sobre temas de ciudad y región,

Lo recuerdo en la praxis de la planeación en 1980 señalando que Pereira no debía ser una ciudad en expansión hacia Cerritos (como la anarquía de hoy), sino en redensificación y renovación con edificios en altura en las centralidades más urbanas.
En 2012 con motivo del Sesquicentenario de Pereira, fue autor del estudio de planeación conocido como “La Resignificación de los ríos”.

Mismo que provocó un choque con el senador Carlos Enrique Soto quien hizo reparos en una reunión donde sal recibir el ofrecimiento de avanzar, se levantó serenamente de la mesa, “con usted es difícil concretar y ejecutar”. Gus agarró su morral y sin estridencias, se marchó. Cuestión de dignidad.

Gus iba y venía de Canadá. Sentía que no podía dejar a Pereira y nos citábamos a tomarnos un café en el Lucy Tejada donde tenía su mesa de mesa de votación el día de las elecciones.

Allí hacía su pedagogía electoral en cuyas estrategias fue un experto desde la época en que fue ideólogo del Movimiento de Unidad Liberal que por décadas consolidó el poder político de sus amigos César Gaviria Trujillo y Oscar Vélez Marulanda.

Esa es otra historia de la larga y productiva historia de Gustavo Orozco Restrepo. Una historia de vida que los pereiranos hemos honrado en la memoria de quien bien amó a la ciudad que lo vio nacer y morir.

Hay protagonistas de la historia cuyo mejor monumento no es una estatua. Su morral cargado de cultura, arte, música, sentido de pertenencia y estudios, será siempre su monumento y el nuestro.