LA CERTIFICACIÓN A LA CLÍNICA COMFAMILIAR

Los árabes dicen que la felicidad nunca es completa. Con la buena noticia del reconocimiento a la alta calidad del servicio en la Clínica Comfamiliar y el Centro Médico Odontológico, es una pena que se viva el conflicto interno en la Caja de Compensación Familiar de Risaralda en donde de semanas atrás, se rompieron las relaciones entre el Consejo Directivo que preside el ingeniero Ramón Toro y el director Luis Fernando Acosta.

Las razones de uno y otro lado son ampliamente conocidas y mientras tanto, todos estamos a la expectativa sobre la decisión final de la Superintendencia de Subsidio Familiar, organismo estatal que tiene sobre la mesa la resolución del problema.

En este como en otros casos jurídicos similares en los que se ponen de manifiesto las diferencias y está en juego el manejo, control y avance de las instituciones, lo que la ciudad y la región esperan, es que entidades como Comfamiliar mantengan el rumbo de la excelencia en la prestación del servicio a los afiliados y ciudadanía en general.

Alguien con suficiente influencia en ambas partes debería ofrecer lo que en diplomacia se le llama buenos oficios, porque lo que más conviene a los intereses generales de la ciudad y la región, es una relación armoniosa y de beneficio para todos en una institución de alto valor para la sociedad.

Es una verdad de Perogrullo que, a la masa crítica, que son los usuarios, lo que realmente les importa es que el servicio sea amable, oportuno y de calidad. Lo demás pertenece a los llamados stakeholders o grupos de interés, que por supuesto, son claves en el aseguramiento de las buenas políticas de los servicios a los usuarios.

De allí que sea motivo de mucha satisfacción el logro perseguido desde el año 2015 de alcanzar el Certificado de Acreditación de alta calidad en salud otorgado por el Ministerio de Salud y Protección Social e Icontec a la Clínica Comfamiliar y al Centro médico odontológico de la Circunvalar.

Tuvimos la oportunidad de dialogar con el Dr. Carlos Edgar Ramírez, médico director de seguridad y acreditación en salud de Icontec en Bogotá, quien anota que además de que la Clínica y el centro odontológico cumplen los estándares técnicos, médicos y administrativos también se destaca el cumplimiento con los criterios humanos de sensibilidad del dolor y la ética de cara al usuario o el paciente.

Es necesario subrayar que los servicios de salud de Comfamiliar están por fuera de la órbita del manejo del 4% del subsidio, de tal manera que la Clínica tiene la característica financiera de ser autosostenible.

No hay duda sobre la competitividad de la Clínica Comfamiliar y el invaluable servicio que presta a la comunidad con cobertura regional ampliada al Norte del Valle. Así lo registramos en los momentos más críticos y dramáticos de la pasada pandemia del Covid-19 y lo hemos vivido en casos de excelentes servicios quirúrgicos incluso de corazón abierto, como recién ocurrió con nuestro amigo El Tato Sanín, quien por fortuna ya está cantando goles, con el corazón.

Es lo ideal, que por encima de las diferencias, sea con el corazón que todos hagamos por nuestras instituciones, nuestro mejor esfuerzo y nuestra mayor cooperación por su mejoramiento continuo y sostebilidad.